El ex jefe de Gabinete y actual intendente de Resistencia, Jorge Capitanich, criticó la “delicada situación económica, con ajuste, baja de consumo y despidos de trabajadores” y consideró que con la llegada del PRO “entró el espíritu de la restauración de la revolución conservadora a la Casa de Gobierno”. Además, el dirigente criticó la lista de unidad del Partido Justicialista encabezada por José Luis Gioja y Daniel Scioli, ya que, sostuvo, “van a ser una variante más del modelo neoliberal” que lleva adelante el oficialismo.

“Macri representa al espíritu de la restauración de la revolución conservadora, Macri representa a la centroderecha de base neoliberal con orientación marcadamente de derecha. Y esto significa una integración al sistema internacional de subordinación a los intereses de las grandes potencias, con una extranjerización de la economía y obviamente representando a los intereses de una minoría, con una amplia franja social que quedará viviendo en la exclusión social”, sostuvo Capitanich en una entrevista radial.

Al respecto, el dirigente destacó que a pesar de las promesas electorales de Pobreza Cero, el macrismo está haciendo lo contrario a lo que esperaba la gente que lo votó. “Lo que hay hoy es cada día más desocupados, ya se calculan en más de 110.000 despedidos; la destrucción de la pequeña y mediana empresa, destrucción del consumo y de la industria nacional, liberación de las importaciones y un grave déficit en la administración del comercio exterior”, dijo.

Acerca de la interna del peronismo, Capitanich, que quedó afuera de la lista de unidad, denunció que “la conducción de Gioja y Scioli en el PJ va a ser una variante más de este modelo neoliberal” ya que “ellos no tienen una identidad política para ser realmente opositores al macrismo” y dijo que espera “que los gobernadores justicialistas tengan posturas dignas para defender los intereses de sus provincias”.

El ex mandatario del Chaco sostuvo que el Gobierno está aplicando un “ajuste cruel” que genera “una caída del consumo”, luego “una menor recaudación” y finalmente “una transferencia del déficit a las finanzas públicas de las provincias”. Según sus cálculos “doce provincias tendrán déficit fiscal, porque el gobierno de Macri va a auxiliar a la provincia de Buenos Aires con 150 mil millones de pesos en obras de infraestructura, lo mismo que con la Ciudad de Buenos Aires y otras provincias amigas del oficialismo”.