Viernes, 29 de abril de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA NUEVA CONDUCCION EXPRESO SU ADHESION “FERVIENTE” A LA PROTESTA
Luego de la adhesión que habían adelantado desde el PJ Capital y el bonaerense, ayer las flamantes autoridades nacionales también expresaron su respaldo al acto de las cinco centrales sindicales.
Por Nicolás Lantos
El PRO llegó al poder prometiendo, en su campaña, la unión de todos los argentinos, y desde hoy podrá jactarse de haber cumplido, al menos, una parte importante del objetivo: juntar a todo el peronismo detrás de una sola bandera. Ayer, las flamantes autoridades del Partido Justicialista difundieron un comunicado en el que expresan su adhesión “ferviente” a la marcha convocada por las cinco centrales obreras en protesta contra la pérdida generalizada de poder adquisitivo y puestos de trabajo durante los primeros meses de gobierno macrista. Así sumaron su apoyo al que ya habían manifestado intendentes bonaerenses, el PJ a nivel ciudad y provincia de Buenos Aires, La Cámpora, el Movimiento Evita y otras organizaciones sociales y políticas, que sumados a todo el arco sindical representan a prácticamente la totalidad del justicialismo decidido a oponerse a la administración macrista, dejando en franca minoría a los pocos dirigentes que se obstinan en sostener una postura friendly con el oficialismo.
No es casualidad que el primer acto conjunto de la nueva conducción pejotista sea manifestar su apoyo a esta convocatoria: es una señal doble. Hacia afuera, mirando al gobierno nacional, pone en evidencia el rol “eminentemente opositor” que tendrá el peronismo en esta etapa. “Con responsabilidad, claro, pero eso no significa hacerse el boludo o ceder cada vez que haya un debate”, aclara uno de las principales figuras de la nueva conducción. Hacia adentro, el mensaje es que se privilegiará la unidad a las viejas rencillas, algo que fue aceptado por prácticamente todas las partes en pugna. “Tenemos que dejarnos de joder con lo que pasó en 2012, 2013 o 2015. Ahora hay que estar juntos para pensar en cómo solucionar los problemas que surgen día a día”, diagnostica la misma fuente.
Esto se vio reflejado en la actitud que tuvo ese espacio esta semana en el Congreso, donde a través de la unidad del bloque de Senadores pudo imponerle al Ejecutivo el proyecto del ley de emergencial ocupacional. También en la forma en que se bajó el tono al conflicto público entre los distintos sectores del peronismo: con las pocas excepciones de algunos dirigentes que siguen sangrando por viejas heridas, esta semana tanto los sectores más kirchneristas como los más recalcitrantes críticos del último gobierno dejaron de lado las diferencias para concentrarse en las críticas al gobierno nacional. Ese armisticio tácito, acordado en estos días a través de interlocutores en común, permitirá que esta tarde todo el peronismo pueda mostrarse unido por primera vez en muchos años.
“Adherimos fervientemente a la movilización convocada por los compañeros que representan a los trabajadores. Este es nuestro compromiso, defender las conquistas y los derechos alcanzados, mirando hacia adelante en busca de más derechos”, dice el texto que lleva las firmas del diputado José Luis Gioja, que en estos días asumirá como presidente del PJ, y del gobernador Gildo Insfrán, titular del Congreso Nacional Justicialista. Según el comunicado de prensa difundido ayer, según exponen con “absoluta claridad acerca de los principios doctrinarios” del peronismo, el lugar de ese espacio “es acompañar y apoyar la defensa de los derechos de los trabajadores, a la par del movimiento obrero organizado”.
El documento también critica las medidas tomadas por el gobierno en los primeros meses de gestión que “han afectado el poder adquisitivo del salario y del ingreso de las familias” a partir de una “política ambigua e incierta y la falta de planes que garanticen el trabajo y la productividad”, lo que favorece que “existan despidos tanto en el sector público como en el privado”. Las autoridades del PJ agregaron que “el aumento del precio de los alimentos y el incremento en las tarifas de los servicios públicos son solamente dos evidencias claras de la pérdida en el salario real que afectan la calidad de vida de millones de ciudadanos”.
El apoyo del partido a nivel nacional se suma a la convocatoria inédita de las cinco centrales sindicales y la adherencia del justicialismo bonaerense y porteño, los dos distritos con mayor peso demográfico del país, La Cámpora y el Movimiento Evita, las dos organizaciones políticas que suelen movilizar más militantes entre las que se referencian en el peronismo, además de más de veinte intendentes del conurbano bonaerense, que gobiernan, en conjunto, sobre casi diez millones de personas. Esta sumatoria de voluntades, que incluye a dirigentes de San Luis, Córdoba y La Pampa, alejados del PJ nacional durante el kirchnerismo, podría regalar esta tarde una imagen de unidad del peronismo inédita en por lo menos quince años, desde las protestas durante el final del gobierno radical de Fernando de la Rúa.
Esto no significa que ya no haya diferencias al interior del PJ o que automáticamente se resuelvan asperezas que cicatrizaron mal durante largos años, pero sí que hay, por primera vez desde diciembre, un diagnóstico común de la situación. “Algunos se dieron cuenta de que el Gobierno no tiene la buena voluntad y la predisposición al diálogo que creían que iba a mostrar Macri. Otros entendieron que tirando piedras y exigiendo certificados de pureza sólo iban a profundizar las diferencias –explica otro de los flamantes consejeros–. Y todos entendimos que el peronismo dividido sólo le hace el juego a quienes apuestan por empeorar las condiciones de vida del pueblo como camino para controlar la macroeconomía. Eso es totalmente inaceptable para el peronismo.”
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