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Martín “El Oso” Peralta no sólo sería el jefe de la banda que secuestró a Axel Blumberg, sino que está sospechado de haber sido el que disparó el tiro en la sien del joven. Su cómplice, José “El Negro” Díaz, también estaba en el coche en que trasladaron hacia su ejecución a Axel y hay un tercer integrante de la banda, aún prófugo, que igualmente estuvo en el vehículo, el traslado y el homicidio. Peralta y Díaz, detenidos ayer en Córdoba, serán imputados por cuatro secuestros: el de Axel, el del ejecutivo de Arcor Guillermo Ortiz de Rosas, el de Matías Mastromauro, hijo de un empresario de San Miguel, y el de Ana María Norman, esposa del presidente de la Colectividad Helénica, secuestrada en noviembre en la zona norte del Gran Buenos Aires. Tal como adelantó en exclusiva Página/12, todos los testimonios apuntan a que El Oso era el jefe y que su base de operaciones siempre fue el robo de autos, el armado de autos mellizos y el corte para vender repuestos robados. En ese negocio sucio tiene probados vínculos con policías federales, aunque éstos aducen que los contactos tienen que ver con el hecho de que un integrante de la banda era un “buche”, o sea un confidente (ver aparte).
El Oso cayó en la zona de La Falda, en Córdoba, donde posee un lavadero de autos muy bien ubicado, pero es más conocido aún porque suele andar en ostentosos vehículos, especialmente camionetas cuatro por cuatro. Hay distintas versiones sobre la forma en que se consiguió cazar al Oso:
- En la Policía Federal sostienen que hace rato vienen persiguiendo al Oso por el secuestro de Ana María Norman y que tenían ubicado el lavadero, pero que no tuvieron suerte porque nunca El Oso aparecía por allí. Los vecinos de La Falda, en cambio, sostienen que el hombre era un habitué del lugar. De todas maneras, la Federal le habría dado el dato a la Unidad Antisecuestros de la Policía de Córdoba, quien lo esperó en la última semana y finalmente lo atrapó.
- En la SIDE dicen que sus hombres estuvieron en Córdoba en el momento de la detención, junto con la policía cordobesa, y que eso demuestra que ellos, trabajando junto al fiscal Jorge Sica, tuvieron la información precisa.
Sea como fuere, lo cierto es que El Oso, El Negro y un hombre que andaba con ellos pero que aparece ajeno al secuestro, Ramón Bazán, van a declarar hoy ante el fiscal. En verdad, el punto clave es el homicidio de Axel:
- Todo indica que los distintos integrantes de la banda se van a tirar el fardo entre sí. Ayer se hizo correr el rumor de que El Oso y El Negro participaron del secuestro, pero que luego discutieron con otros integrantes de la banda y se abrieron, por lo cual no participaron del asesinato. Esta versión tácitamente les echa la culpa de la muerte de Axel a los cuatro jóvenes que estaban en las casillas del barrio Santa Paula y que eran los encargados de custodiar al secuestrado.
- En la fiscalía no creen en esa versión. Los cuatro jóvenes que alquilaban la casilla, Andrea, Carlitos, José y Vanessa, fueron señalados por la dueña de las casas, Azucena “La Turca” Barroca, como quienes tenían cautivo a Axel. La hipótesis es que el joven intentó escapar, las dos parejas lo recapturaron, pero como vio el lugar y las caras, los jóvenes se salieron de las casillas, le pegaron y lo mataron.
- La versión más creíble, sin embargo, es que en la escena estuvieron El Oso, El Negro y un tercer cómplice, que estaban con el Volkswagen Passat que le habían quitado a su anterior secuestrado, Ortiz de Rosas.
De acuerdo a lo que dicen los vecinos, una vez recapturado Axel, lo metieron en el auto, lo llevaron muy cerca, en La Reja, y allí en el descampado lo mataron. El que apretó el gatillo sería El Oso, o sea el jefe, aunque habrá que ver qué sale de las indagatorias y cuando sean apresados los cinco prófugos que aún existen. De acuerdo con los investigadores, la banda de El Oso estaba dedicada esencialmente al robo y al cortado de autos. “De profesión: reducidor”, dicen los encargados de la pesquisa. Hay datos de que la SIDE ya investigaba a Peralta en el año 2000 por su relación con secuestros, pero el dato más fehaciente es que participó en el secuestro de Ana María Norman en noviembre pasado. En ese caso, la División Antisecuestros de la Policía Federal, a cargo del comisario Carlos Sablich, detuvo a gran parte de su banda cuando se hizo el pago del rescate arrojando el dinero desde un tren. “Era una organización de cuarta categoría –le recordó a este diario un policía que participó de aquel operativo–, típica banda que se pasa de un palo al otro como le dicen ellos cuando cambian de rubro. No conocían bien la mecánica de la industria del secuestro y los capturamos cuando el dinero se tiró desde el tren, algo que es más que difícil. El Oso igual se escapó.”
Las pruebas de que la banda se ocupaba de robar autos son varias, todas llamativas y que demuestran su relación con policías. En el barrio Santa Paula, donde estaba cautivo Axel, había montañas de autopartes. Incluso el joven estaba atado con cables en una casilla llena de repuestos. Pero, además, cuando se hizo el allanamiento a las casillas, en todos los alrededores se vio a vecinos quemando autos a las apuradas. Es un indicio de que se trataba de vehículos robados y que los alrededores eran una zona liberada justamente para el acopio de autos y repuestos robados. Eso explica también por qué la comisaría no contestó las llamadas que alertaban sobre movimientos extraños la noche del crimen. Y explica por qué en la banda revistaba Jorge Sagorsky, otro hombre del mundo de los autos robados relacionado con policías federales.