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En la Casa Rosada dicen que la actividad presidencial se está decidiendo día a día, pero que todo indica que el próximo domingo, a las 9.53, Néstor Kirchner y su esposa Cristina estarán presentes en el acto en el que se recordarán los diez años del atentado contra la AMIA. La idea es que no suban al palco sino que participen como ciudadanos, pero todo está por verse en un aniversario en el que no está claro cómo se combinarán la recordación, el reclamo de Justicia, y las críticas feroces que subyacen entre los familiares de las víctimas, en sus dos vertientes –Familiares y Memoria Activa– y los dirigentes de la AMIA y la DAIA. Algunos datos políticos estarán en el centro de la escena: no son pocos los que prevén un acto multitudinario que agrupe a 20.000 personas, están quienes creen que habrá alguna reacción contra el dirigente de la DAIA que haga uso de la palabra –sería un hombre del interior– e incluso hay quien alientan que una parte del público se ponga de espaldas en ese momento; por el contrario, están quienes afirman que el acto no será un ámbito de choque sino que primará el homenaje a las víctimas, por lo cual todo transcurrirá en calma.
Los actos centrales del décimo aniversario serán esencialmente dos:

- En el atardecer del sábado, a las 19.30, en vísperas del 18 de julio, los familiares agrupados en Memoria Activa –quienes fueron los que más nítidamente denunciaron la investigación realizada por el Estado argentino– convergirán a Plaza Lavalle, frente a Tribunales. Allí hablarán la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, el titular del CELS, Horacio Verbitsky, y Matilde Mellibovsky, de Madres de Plaza de Mayo, junto a un integrante de Memoria Activa. Al finalizar el acto, se realizará una marcha de antorchas hasta el predio de la calle Pasteur, donde se produjo el atentado. Junto a “La juventud en guardia hasta que aclare” se hará básicamente la vigilia de la noche del atentado. Memoria Activa convoca a su gente con la consigna “Buscamos la verdad, denunciamos las mentiras”.

- Tras algunas idas y venidas, finalmente la DAIA, la AMIA y la agrupación Familiares se pusieron de acuerdo en realizar lo que será el acto oficial de la comunidad judía argentina y seguramente el más numeroso. La convocatoria es para las 9.53 frente al edificio de la calle Pasteur y ya se están preparando movilizaciones desde colegios, clubes e instituciones. Por ello, algunos de los organizadores arriesgan la cifra de 20.000 personas, más del doble de la convocatoria del año pasado. Al mismo tiempo, se prevé una cobertura periodística internacional inusual –arribaron numerosos equipos de televisión y prensa escrita–, además de delegaciones de comunidades judías de todo el mundo. En el acto se leerá una adhesión del presidente de Israel.
Respecto de los oradores y de la propia organización del acto, hay decisiones que recién se tomarán esta misma semana. Uno de los datos más complejos es quién será el orador oficial de la DAIA, la entidad que está más cuestionada porque durante la década transcurrida fue la que estuvo más cercana al juez Juan José Galeano, al gobierno de Carlos Menem y a una pesquisa que, según una amplia mayoría, terminó en un grave fracaso. Más allá de lo que se dice públicamente, casi todos los protagonistas del juicio oral que se desarrolla en los tribunales de Comodoro Py coinciden en que difícilmente los policías imputados sean condenados, pero más importante que eso es que el fallo marcará, sin dudas, feroces críticas al accionar del juez, los sucesivos gobiernos y las fuerzas de seguridad argentinas. En ese marco, el cuadro no podría ser peor para quienes condujeron la DAIA durante la década transcurrida: su figura más poderosa, el ex presidente Rubén Beraja, está preso, el juez fue apartado del caso y corre serios riesgos de perder su cargo, mientras que también los fiscales fueron sacados del juicio.
La DAIA resolverá mañana quién será el orador en el acto. Por de pronto, un dirigente del riñón de Beraja correría el riesgo de ser silbado y ya se ha hecho saber que el actual vicepresidente, a cargo de la presidencia, Jorge Kirszembaum, quien sería el orador natural, no estaría en Buenos Aires sino que representaría a la DAIA en Estados Unidos. En fuentes cercanas a la DAIA se menciona que el orador del acto sería un dirigente del interior, Jaime Salomón, de Tucumán.
Por el lado de la agrupación Familiares, se resolvió no dar a conocer el orador hasta los últimos días: “No queremos personalizar. Nuestro mensaje estará dirigido a expresar lo que hemos vivido en estos diez años. Diremos lo que tenemos para decir, aunque tampoco creemos que sea el ámbito de confrontaciones sino de reclamo de Justicia”, le dijo anoche a Página/12 un integrante de Familiares. En los últimos dos meses, Familiares marcó mayores distancias con los dirigentes, en especial con los de la DAIA, e incluso se mencionó que un acto único resultaba imposible. Finalmente se logró el acuerdo para que la conmemoración no perdiera fuerza.
El único orador que está confirmado para el domingo es el presidente de la AMIA, Abrahám Kaúl. También la AMIA está distanciada de la DAIA, en especial tras un choque en Washington cuando la institución hermana de la AMIA, el American Jewish Committee, recibió a Néstor Kirchner. La DAIA emitió un comunicado crítico, lo que provocó un fuerte choque que, en verdad, viene desde hace años. Ambas entidades compiten por lo que sería la representación de la comunidad judía: la AMIA es una mutual, pero en la que existe el voto directo de los integrantes de la comunidad judía, y la DAIA, que vendría a ser una asociación en la que están representados los clubes, sinagogas, colegios e instituciones, elige sus autoridades en forma indirecta. Además, existen notorias diferencias políticas entre unos dirigentes y otros.
Hace un año, el presidente Kirchner y su esposa Cristina adelantaron el regreso de un viaje a España para estar presentes en el acto por el noveno aniversario. El primer mandatario no quiso hablar y sostuvo que no era su intención hacer un aprovechamiento político del acto. Esta vez, Kirchner viajará a Comodoro Rivadavia el viernes, pero en la Casa Rosada creen que el domingo estarán en la calle Pasteur. Debe tenerse en cuenta, por ejemplo, que Cristina Fernández de Kirchner fue presidenta de la Comisión Bicameral de seguimiento de la investigación de los atentados y resultó una durísima crítica de la pesquisa, aún en tiempos en que peronistas y radicales elogiaban la labor de Galeano. Como en ocasiones anteriores, en el acto del domingo no habrá invitaciones políticas, o sea que todo dirigente que quiera concurrir podrá hacerlo, sin que se le asigne un lugar en el palco sino abajo, junto a los familiares de las víctimas. Seguramente allí estará el matrimonio presidencial, en un acto que será visto en casi todo el mundo y en el que se recordará una masacre perpetrada mucho antes que el 11 de septiembre en las Torres Gemelas o el 11 de marzo en Madrid. Un atentado que fue una especie de anticipo de lo que después vino.