EL PAíS › ACTOS CONTRA LA LEY DE RESPONSABILIDAD FISCAL
Dos voces y un enemigo común
La Plaza del Congreso fue la plaza de los dos actos, pero las críticas se concentraron hacia un punto único: la Ley de Responsabilidad Fiscal, que ayer buscaba abrirse paso en la Cámara de Diputados. Aunque el cronograma anunciaba una convocatoria unificada frente al palacio legislativo, la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) no compartió el escenario con la Corriente Clasista y Combativa y el MTD Aníbal Verón. Esta división de último momento no detuvo los cuestionamientos desde ambos lados hacia los deseos del Gobierno por lograr la sanción de esta norma.
La CTA aprovechó para marcar posiciones frente a la Casa Rosada. Aunque desde el gremio aseguraron que no buscan hacer oposición ciega, fueron rotundos al repudiar esta iniciativa: “Esta ley responde a los dictados del FMI y de Estados Unidos, y lo que hace es seguir ajustando los fondos para salud, trabajo y educación”, aseguró su titular, Víctor De Gennaro.
Dos hileras simétricas con cientos de efectivos policiales decoraron desde la mañana las escalinatas del Congreso. En la primera línea se ubicaban agentes con uniforme de calle y detrás de ellos la Guardia de Infantería. A ambos lados del palacio, camiones hidrantes y celulares descansaban detrás del vallado. Minutos antes de las 14, las columnas comenzaron a cubrir los márgenes de la plaza bajo una resolana primaveral.
Aunque estaba previsto que en el lugar confluyeran la CTA, la CCC de Juan Carlos Alderete y el MTD Aníbal Verón, la central gremial decidió realizar su propia convocatoria. Por eso la Ley de Responsabilidad Fiscal tuvo dos actos de repudio apenas separados por cien metros, y por un par de horas. Tanto desde las agrupaciones piqueteras como desde la CTA aseguraron que este cambio de agenda se debió a diferencias menores en temas como el horario y la ubicación en la plaza.
Resuelto este punto, fue el tiempo de las críticas. “Repudiamos esta ley que exige el FMI, y que quiere más ajustes en las provincias e hipotecar el país por los próximos 30 años”, dijo Alderete. Vestido de manga corta con una chomba salmón, el líder de la CCC aseguró que “deberíamos denunciar a los diputados que hoy permitan que esta norma sea sancionada”.
El dirigente destacó además que el fuerte dispositivo de seguridad se encuadra en “los intentos por pe- nalizar la protesta social, pero vamos a seguir con esta metodología”. El líder del MTD, Juan Cruz D’A- ffunccio, apuntó en la misma línea hacia “la derecha reaccionaria que quiere sacarnos de las calles”. “Esta vez –dijo– ganaron ellos, porque monopolizaron el discurso y nos llenaron de vallas, pero les demostramos que no sirven porque los violentos no somos nosotros.” También estuvieron los diputados Patricia Walsh (Izquierda Unida) y Mario Cafiero (Soberanía Popular), que cargaron contra los legisladores dispuestos a votar la ley.
Cuando la tarde y la temperatura caían, comenzó el acto de la CTA en la otra esquina del Congreso. Allí hablaron los dirigentes de la central Fabio Basteiro, Claudio Lozano y Pablo Micheli. Aunque estaban previstas las palabras de De Gennaro, el líder gremial prefirió no estar entre los oradores, aunque aceptó dar algunas definiciones fuera del escenario. “Me rebela –dijo– que todos se jacten de la autocrítica del FMI y ahora voten las leyes que les piden.”
Todos apuntaron contra la ley exigida por el FMI y contra el Congreso. Pero no sólo. “Esto es también para el Ejecutivo. Porque no vamos a decir que todo es entrega con este gobierno, pero sí repudiamos lo que consideramos que va contra los intereses del país”, explicaron desde el gremio. En esa línea aseguraron que esta norma puede ser “un punto de inflexión” en la relación con la Casa Rosada. “Yo dije que antes de fin de año podía ocurrir algo que dividiera las aguas y esta ley puede ir en ese camino”, explicó a Página/12 el diputado socialista y dirigente de la CTA Ariel Basteiro.
Informe: Alfredo Ves Losada.