[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

La Cámara Criminal Segunda de Neuquén absolvió a seis dirigentes de ATE llevados a juicio oral por una protesta realizada el 9 de junio del 2000, durante la que hubo incidentes en la sede neuquina de Repsol YPF y en la casa de la entonces presidenta del Consejo Provincial de Educación, Cielo Chrestía. El fallo del tribunal oral benefició a Damián Morales, Ernesto Panguilef, Sergio Vázquez, Luis Rivera, Roberto Enrique Villalba y Gabriel Borrini, todos ellos dirigentes de ATE en Cutral Có y Zapala. Antes de que se diera a conocer el veredicto, la defensa de los imputados había solicitado la absolución, mientras que la fiscalía se abstuvo de acusar porque entendió que “no estaba probada” su participación en los hechos. El motivo de la protesta en la que se produjeron los disturbios fue rechazar la prórroga de la concesión de yacimientos de gas y petróleo a la empresa Repsol-YPF. Durante el transcurso de esa movilización, frente a la sede de la empresa, un grupo de manifestantes arrojó piedras y provocó roturas en el interior de algunas oficinas. Pero en realidad la tensión creció poco después, cuando se conoció la muerte de la docente Silvia Roggetti, quien una semana antes había sufrido una herida en uno de sus ojos mientras estaba en el patio de la escuela 197, que se estaba refaccionando. Roggetti había reclamado que se suspendiera el dictado de clases hasta que se garantizaran condiciones de seguridad y su pedido había sido rechazado. Ese día la docente se clavó un alambre en uno de sus ojos, lo que provocó su muerte una semana más tarde. Los manifestantes conocieron la noticia durante su marcha y se dirigieron a la casa de la presidente del Consejo Provincial de Educación, donde descargaron su furia tirando piedras. Con motivo del inicio del juicio oral contra los seis militantes, la CTA realizó el lunes una jornada nacional en rechazo a la judicialización de la protesta social, que incluyó una marcha en Buenos Aires. Ayer, después de dictarse la absolución, nuevamente marcharon haciendo sonar bombos y arrojando petardos en el centro de la ciudad de Neuquén.