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En su primera reunión luego de la disputa por la Convención Nacional, la conducción del radicalismo emitió ayer un gesto fuerte de oposición al gobierno. “Rechazamos el otorgamiento de facultades extraordinarias al jefe de Gabinete. No consentimos la arbitrariedad en el ejercicio del poder”, aseguró ayer el Comité Nacional de la UCR, en comunicado que debe interpretarse como parte del plan para reafirmar su rol de oposición con vistas a las elecciones del año que viene.
La definición radical se produjo ayer, luego del triunfo de Adolfo Stubrin, quien derrotó a Luis “Changui” Cáceres en la disputa interna de la semana pasada. Más allá de los nombres, el dato político central fue la derrota de Raúl Alfonsín en manos de la nueva coalición interna, liderada por Rozas e integrada por el ex gobernador de Mendoza Roberto Iglesias, el de Corrientes Ricardo Colombi, el jefe político de la UCR de Jujuy, Gerardo Morales, y algunos de los intendentes de la provincia de Buenos Aires que desafiaron a la conducción bonaerense, entre los que se encuentran Gustavo Posse (San Isidro), Enrique “Japonés” García (Vicente López) y Helios Eseverri (Olavarría).
Ayer, Rozas afirmó que no descarta una alianza con López Murphy (ver reportaje). La declaración parece una respuesta a López Murphy, que el día anterior había manifestado su voluntad de construir una “gigantesca coalición” con sus antiguos compañeros de partido.
“No es posible porque no compartimos proyectos. El creyó que el ajuste había que hacerlo con la educación pública y reivindica la ley de privatización previsional menemista”, le respondió Leopoldo Moreau. Y rechazó las acusaciones de Rozas, que lo había señalado como el responsable de encarar una oposición tibia. “Si tuvimos que sostener el gobierno de Duhalde fue para evitar un baño de sangre al que casi nos llevaron las recetas económicas de López Murphy, Cavallo y las alquimias políticas de Patricia Bullrich y algunos otros que desataron la tragedia de diciembre de 2001”, agregó Moreau.