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A las siete de la mañana no había terminado de preparar la ronda matinal de mate cuando sonó su teléfono. El edecán presidencial le notificaba que el presidente Eduardo Duhalde quería hablar con él. Unos pocos minutos después, el titular de la Central de Trabajadores Argentinos, Víctor De Gennaro, ingresaba a la Casa Rosada. Durante la hora que duró la reunión le señaló su preocupación por “la confiscación del dinero de la gente” en el corralito bancario. Le comentó que tenían una propuesta y Duhalde se mostró dispuesto a escucharla. Para eso hoy recibirá en la quinta de Olivos a Claudio Lozano y Carlos Heller. El Presidente le pidió “una tregua por 90 días” y le aseguró que “se terminó la rentabilidad financiera de los últimos 25 años”.
El diálogo fue distendido. Duhalde se mostró sincero al descubrir el actual estado de cosas y también aprovechó para pedir una tregua sindical. No por nada el Presidente está obsesionado ante la posible “anarquía social”. Explicó que el pedido de “facultades extraordinarias” se justificaba por el temor a que los lobbys financieros presionarán a algún legislador. De Gennaro le respondió que por sobre todas las cosas la “tregua” dependería de sus definiciones. Acerca de la posible compra de voluntades, el titular de la CTA le reclamó a Duhalde que transparentara las discusiones parlamentarias. “Siempre es más fácil comprar la voluntad de algún secretario que la de todo el Congreso”, precisó De Gennaro para relativizar el pedido de facultades especiales reclamadas por el primer mandatario.
Sobre el tema del corralito, De Gennaro le comentó que ellos tenían una propuesta para sortearlo. Eso motivó que Duhalde convocará a Lozano y Heller para hoy en la quinta de Olivos. También se mostró predispuesto a la propuesta de un seguro de desempleo impulsada por el Frente Nacional contra la Pobreza. Claro que aclaró que no había fondos para hacerla por los 380 pesos por cada jefe o jefa de hogar. Aunque pueda instrumentarse, la propuesta tiende a tener fuertes cambios con la idea del Frenapo.