EL PAíS › KIRCHNER RESPONDIO A LOS NUEVOS
RECLAMOS DEL FMI POR EL CANJE DE LA DEUDA

“No vamos a abrir el canje nuevamente”

Kirchner esperó al agasajo que le realizó la colonia argentina en Alemania para responderle al FMI. El organismo volvió a exigir ayer una solución para los bonistas que quedaron fuera del canje. Pero el Presidente, una vez más, descartó esa posibilidad.

 Por Sergio Moreno

El Fondo Monetario Internacional volvió a torear a la Argentina al informar sus deseos de que el Gobierno criollo dé una salida a los holdout, los tenedores de bonos en default que no ingresaron al canje de la deuda (ver pág. 7). Néstor Kirchner esperó hasta el agasajo que le brindó la colonia argentina en Berlín para despacharse contra el organismo de crédito. “Abrimos el canje, firmamos, el 76 por ciento nos creyó y nuestra palabra va a ser inalterable. No vamos a abrir el canje nuevamente”, dijo, en el salón central de la embajada argentina en esta capital, ante un público entusiasta que hasta pegó un cartel pintado en aerosol. “Aguante Presidente”, rezaba. El canciller Rafael Bielsa, quien ayer se integró a la delegación, abonó la postura presidencial: opinó que reabrir el canje sería “una falta de respeto” para los bonistas que ya entraron.
Antes de entrar al edificio de la legación diplomática, en el barrio de Charloteburger, lo que alguna vez fue el corazón de Berlín occidental, un pintoresco fotógrafo alemán sostenía una pancarta en inglés que decía: “Gracias presidente Néstor Kirchner por su bella pelea contra el capitalismo salvaje”. El globalifóbico promocionaba, además, una muestra de sus fotografías de rostro de gente enojada, todos ellos perjudicados, según contó en alemán, por la globalización. El hombre, de sombrero y anteojos negros, no subió al ágape.
Kirchner retomó su discurso sobre las mejoras producidas en los últimos dos años y utilizó su frase de batalla sobre que el país estaba en el infierno y ahora está en el purgatorio. Es una imagen que, en la Argentina, es escuchada con seriedad. Notablemente, los presentes rieron a carcajadas.
Kirchner volvió a agradecer la faena que realizara Horst Koehler cuando presidía el FMI. “Koehler reconoció que todo lo que decíamos nosotros teníamos razón. Y eso lo apreciamos. Pero allí (en el Fondo Monetario) sobrevive una burocracia que ataca a todo lo argentino”, dijo el Presidente. “No vamos a abdicar en los pensamientos y en las convicciones que tenemos. Cuando uno defiende los intereses argentinos lo atacan y hasta le dicen que es maleducado; prefiero ser maleducado pero quiero volver a ver a los chicos en las universidades argentinas y a los argentinos con un futuro”, descerrajó.
“Nosotros no somos responsables del megacanje, ni pusimos los 9 mil millones de dólares a tres meses del gran desastre argentino, ni fuimos los bancos que vendieron los bonos a los bonistas, bonos que se emitían en el mismo momento que perdían valor”, subrayó luego.
Fue entonces que ratificó que no abriría el canje de la deuda. Anteayer, cuando cruzaba el océano con destino a la República Federal de Alemania, el Presidente había conversado largamente con sus escuderos. Una de las cuestiones que había dejado en claro es que no reabriría el canje, “al menos mientras dure este gobierno”, dijo a los suyos.
El canciller Bielsa negó ayer que el Gobierno esté pensando en una ruptura unilateral con el Fondo y consideró lógico que la resolución del problema del canje pase para el próximo gobierno. “Es una regla de los canjes que quienes no adhieren tienen un período de tres o cuatro años, período después del cual terminan solucionando sus acreencias”, argumentó.
Hoy, el asunto, la negociación que debe encarar el Gobierno con el Fondo, estará en la mesa de conversaciones entre Kirchner y el canciller alemán, Gerhard Schroeder. Horas más tarde, el mismo tópico será desmenuzado con Koehler, presidente alemán. Kirchner necesita entrar al FMI por la puerta de sus jefes, los señores del Grupo de los Siete países más desarrollados del mundo (G-7). Ya cuenta con el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Francia y, seguramente después de hoy, Alemania. Japón es un caso perdido y el Presidente estima que una conversación con el premier británico Tony Blair puede volcar la voluntad inglesa a favor de la Argentina. Raramente, algo parecido piensa sobre Italia, para el que el caso de la deuda en default argentino es un problema de política interna.

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El Lole Reutemann le da precisiones a Kirchner sobre el Bentley, un auto de un millón de euros.
 
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