EL PAíS
Un acto sin obispo
Antonio Baseotto no participó ayer de la conmemoración del Día de la Armada junto con Néstor Kirchner. Y, obviamente, no fue casual. La controversia que mantiene con el gobierno nacional lo obligó a salir de escena. “Quisiéramos tener un obispo que participe en las actividades, pero desgraciadamente no se pudo, esperamos que se solucione”, señaló el ministro de Defensa, José Pampuro, sin dar mayores detalles sobre las razones de la ausencia.
Según el funcionario, la polémica con Baseotto ya llegó a su fin. “Como ministro de Defensa (el tema) está concluido y debe ser definido en el ámbito de la Secretaría de Culto y el Vaticano”, afirmó Pampuro. Sin embargo, para el religioso, la polémica sigue en pie, ya que –a pesar de haber sufrido la quita de su salario equivalente a la de un subsecretario de Estado– aún se considera vicario castrense. “Yo no lo digo: lo dice la documentación que viene de la Santa Sede”, señaló. Baseotto, apelando a una cita bíblica, había dicho que a Ginés González García debían atarle una soga al cuello y tirarlo al mar, lo que evocó los vuelos de la muerte de la dictadura. Fue en respuesta a la propuesta del ministro de Salud de despenalizar el aborto y repartir preservativos entre la gente.