EL PAíS
Moyano le hace su primer paro a Duhalde pero habrá transporte
El líder de la CGT rebelde realizará, también, un acto a las tres de la tarde en Plaza de Mayo, contra el FMI. El pronóstico anuncia cielo algo nublado, fresco, pero sin precipitaciones.
Por Martín Piqué
Esta vez no habrá suspensión, ni por mal tiempo, ni por un repentino cambio de planes. La CGT que lidera Hugo Moyano hará hoy un cese de actividades a partir de las 12, y tres horas después se concentrará en la Plaza de Mayo para realizar un “cabildo abierto contra el FMI y por la Argentina”. No será un paro general –los colectivos cumplirán un servicio casi normal–, pero sí la primera medida de fuerza contra el gobierno de Eduardo Duhalde en cinco meses de gestión. Los organizadores esperan reunir a una multitud, para lo que contarán con una ayuda, por lo visto, imprescindible: para hoy, el pronóstico promete “algo nublado, leve descenso de temperatura y viento leve del sector norte”.
La concentración en Plaza de Mayo representará también la ruptura (¿definitiva?) de Moyano con Duhalde, luego de una relación contradictoria, que incluyó silencios y señales mutuas que se fueron diluyendo a medida que el Presidente se acercaba, inexorablemente, a las exigencias del Fondo. El camionero, sin embargo, aún diferencia al Gobierno del poder económico, como lo prueban sus dichos de ayer: “El cese de actividades es en contra del modelo económico, pero en la medida en que el Gobierno se aferre a él, lo es también contra el Gobierno”, aseguró.
La CGT exigirá un “aumento salarial acorde con la inflación”, un reclamo que se extiende a medida que aumentan los precios y se devalúa el peso, y cuya legitimidad fue reconocida hace unos días por la ministra de Trabajo, Graciela Camaño. Moyano, además, planteará que es necesario un “cambio de rumbo económico” y prometerá nuevas medidas de fuerza para el futuro. “Esto es sólo el principio de un plan de lucha que se va a profundizar en la medida en que los trabajadores no tengan respuestas a sus reclamos”, remarcó ayer el líder de los camioneros.
La protesta comenzará al mediodía con un cese de actividades de los gremios que forman parte de la CGT “rebelde”: la mayoría del transporte (camioneros, Unión Tranviarios Automotor, taxistas, aeronavegantes y federación de marítimos), judiciales, legislativos, empleados de la AFIP, docentes particulares y telefónicos, entre otros. Pero la suspensión de tareas no será total. La UTA, el gremio que suele decidir la suerte de los paros, decidió “respetar las frecuencias establecidas”, por lo que habrá colectivos casi en forma normal.
La decisión del sindicato de choferes de colectivos, que lidera Juan Manuel Palacios, alimentó las sospechas sobre un eventual deterioro de la relación entre Palacios y Moyano. En la UTA y en la central sindical desmintieron la versión, y la atribuyeron a una “maniobra del Gobierno para atacar a la CGT”. “Es una mentira absoluta –dijo Julio Piumato ayer a Página/12–. Es una brutal campaña del Gobierno para atacar a nuestra CGT y a Moyano. En estos doce años, hemos hecho muchos paros y movilizaciones, y la actitud del transporte ha sido mantener los servicios para garantizar que la gente pueda ir a la Plaza.”
Consultados por este diario, en el gremio de Palacios utilizaron el mismo argumento: “Siempre que hubo paro de 12 horas con movilización, la UTA trabajó por pedido de la propia organización”, aseguró un dirigente del sindicato. “Se van a respetar los servicios. Vamos a movilizar a la gente que está de franco y a los que trabajaron a la mañana”, anunció, después, a Página/12. Aun con los colectiveros a media máquina, Moyano y compañía confían en que lograrán reunir a una multitud. Para eso, movilizarán a gente de Mendoza, San Juan, Tucumán, Misiones, Entre Ríos, Santa Fe, Rosario y Mar del Plata, que se sumarán al aparato y a las organizaciones adherentes.
Tanto esfuerzo, esperan en la CGT, tendrá que dar sus frutos. Moyano quiere contrarrestar su caída en la imagen pública, y demostrar nuevamente su poder de convocatoria: “En la Argentina no puede haber un paro sin Moyano. Y aunque lo haga él solo, igual se siente: porque es el transporte”, argumentaba, exultante, un dirigente muy cercano al camionero.