EL PAíS › DUHALDE CONSIGUIO UN APOYO CONDICIONADO DE DOCE GOBERNADORES DE SU PROPIO PARTIDO
Primero el Fondo y las elecciones después
El Presidente firmó con la mayoría de sus gobernadores (se abstuvieron San Luis y Santa Cruz) un acuerdo que es un calco de los 14 puntos, El Gobierno gana tiempo para acordar con el FMI. Pero queda claro que los gobernadores esperan ese avance con el Fondo para precisar el cronograma electoral. Kirchner fue el más duro. El corralito: otro item de la agenda que se dialogó con Lavagna.
Por Diego Schurman y Felipe Yapur
Los gobernadores justicialistas le entregaron ayer un pulmotor a Eduardo Duhalde para que terminara de cumplir la totalidad de los compromisos asumidos ante el Fondo Monetario Internacional. Y dejaron para después de esa difícil cruzada –que debería culminar a más tardar el viernes, según la fecha límite autoimpuesta por el Presidente– la apertura de las negociaciones para definir un eventual adelantamiento de las elecciones generales.
Durante la cumbre de La Pampa, los mandatarios le dieron un salvoconducto al Gobierno para avanzar con el plan de ajuste para las provincias, la derogación de la Ley de Subversión Económica y una salida gradual del corralito, tres de las demandas del FMI a las que Duhalde aún no pudo responder.
Esa bocanada de oxígeno, que le garantizará al Presidente cierta tranquilidad hasta el inicio del Mundial de Fútbol, tendrá su contrapartida: los gobernadores dispondrán desde la próxima semana un oído exclusivo para escuchar sus demandas, aun si estas fueran la fijación de cronograma de elecciones internas y generales.
Duhalde aceptó los condicionamientos luego de fracasar la “coalición parlamentaria” original con el radicalismo, cuyos legisladores le dieron la espalda a la hora de votar la modificación de la Ley de Subversión Económica, haciéndole tragar su amenaza de dar un paso al costado.
La mufa se extendió hacia los propios legisladores díscolos del PJ. A tal punto que el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Camaño, propuso echarlos del bloque del PJ.
No hubo el mismo envilecimiento con Néstor Kirchner. Y eso que el gobernador de Santa Cruz no fue solo punta de lanza del pedido de elecciones anticipadas. También se negó, con su par puntana Alicia Lemme, a firmar la denominada “Declaración de Santa Rosa” (ver recuadro aparte).
En ese breve texto, leído en conferencia de prensa por el dueño de casa, el pampeano Rubén Marín, 12 de los 14 mandatarios justicialistas no hicieron otra cosa que ratificar los 14 puntos comprometidos ante el FMI. El solo hecho de avalar el mismo texto que rubricaron un mes atrás no hizo más que confirmar la debilidad en la que se encuentra el Presidente.
Es por eso, seguramente, que Duhalde dio carácter de perentorio a todo lo que resta cumplir. Incluso, hasta aceptó flexibilizar el ajuste del 60 por ciento –aceptaría bajarlo al 40 o el 50 por ciento– reclamado a las provincias. Está convencido de que tras al firma del bonaerense Felipe Solá vendrá la firma del santafesino Carlos Reutemann. El problema es que los dos gobernadores sólo piensan suscribir el pacto después de que lo haga su otro colega.
Estos dos referentes del PJ, junto al cordobés José Manuel De la Sota, fueron los que desaceleraron sus reclamos para adelantar las elecciones hasta que Duhalde terminara de moldear las medidas antipáticas a las que todos les escapan. Una vez que esto suceda, volverán con la necesidad de una interna para avalar con el peso de los votos a un nuevo líder del partido.
De la Sota, Reutemann, junto al jujeño Eduardo Fellner, el salteño Juan Carlos Romero y el tucumano Julio Miranda habían pergeñado un encuentro para el domingo a fin de acordar el cronograma electoral que llevarían al otro día a La Pampa. Duhalde se enteró y se comunicó con Marín. Enterado de la reunión, pidió adelantar la cumbre para discutir el tema entre todos. Así sucedió.
De todos modos, cada uno ya llegó con su libreto. De la Sota sacó a relucir sus contactos con los Estados Unidos y dijo que le habían hecho saber que recomendaban elecciones internas. En otras palabras, que el camino de la Ley de Lemas era inviable. Hubo acuerdo entre los mandatarios, ya que evaluaban que las internas permitirán “poner en caja” a los díscolos. Es decir, los referentes de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, y el santacruceño Kirchner. La idea contó con el aval de Marín, yaque su referente político, el ex presidente Carlos Menem, también reclama elecciones internas.
El cronograma tentativo que le “informaron” a Duhalde fue: octubre para las internas y diciembre o marzo para las elecciones presidenciales. El término “informaron” no fue casual: están convencidos de que el Presidente no maneja el partido y por lo tanto tampoco sus decisiones. Claro que Duhalde no se dejó pechar y les respondió que si bien acepta la idea de una salida anticipada consideró que debe ser ordenada, “porque a Buenos Aires no se la echa así nomás”.
El más explícito en las formas fue, de todos modos, el propio Kirchner. Entre cuatro paredes habló de internas generales abiertas para todos los partidos. A su entender esa suerte de primarias, al estilo norteamericano, debería ser en septiembre. Y luego, en diciembre, se llamaría a elecciones generales para todos los cargos. Así se legitimaría el poder del nuevo Presidente y se abrirían las negociaciones con los organizaciones internacionales desde un lugar de debilidad menor.
En la madrugada de ayer, Duhalde mostró su muñeca para evitar convertir la jornada en la víspera de su despedida. Pero en la cumbre posterior, ya de mañana, debió tragarse varios sapos que daba como temas superados. Uno fue el que le enrostró Reutemann por la interna que generaron los planes sociales. El Lole volvió a culpar a Duhalde por los episodios ocurridos en el Tedéum del 25 de Mayo en Santa Fe, cuando tuvo que huir por la puerta de atrás de la catedral. “Fueron piqueteros de D`Elía”, dijo en alusión al dirigente de la CTA. El santafesino sospecha que una mano negra bonaerense está detrás de otros episodios que padeció en su distrito (ver asimismo página 4).
Romero fue con otro sambenito a raíz del temor de eventuales estallidos. Efectivamente, la Secretaría de Seguridad maneja hipótesis de conflicto en el noroeste, que no han podido acallar por ahora los subsidios para jefes y jefas de hogar.
Los presentes volvieron al silencio cuando Roberto Lavagna dio algún adelanto del proyecto oficial para salir del corralito. En ningún momento el ministro de Economía blanqueó que uno de los puntos fija un tope a la extracción en las cuentas sueldo. No obstante, en términos generales logró el beneplácito de los mandatarios, quienes plantearon la necesidad de levantar el corralito cuanto antes. Lavagna también descartó la idea de fijar el dólar, ya que el Fondo quiere la libre flotación de la moneda norteamericana. Hoy, cuando se levante de su cama, Duhalde hará una nueva cruz en la pared. En seis días se definirá su suerte.