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“No se puede esperar más”, empieza la declaración de Santa Rosa, que firmaron doce gobernadores del PJ. Ese tono de emergencia –un recurso desesperado para reducir el déficit de las provincias y cumplir así con una de las exigencias del FMI– está empezando a dar sus frutos. Los mandatarios del justicialismo, al menos en sus declaraciones públicas, se muestran dispuestos a apurar los acuerdos con la Nación. “Hay que acelerar ese acuerdo. Debe estar firmado para el viernes de esta semana”, admitió ayer Felipe Solá, quien sabe que su firma, como representante del distrito más endeudado, es imprescindible para el Gobierno. Luego, Solá descartó que Hilda González intente “ser candidata” para sucederlo en la provincia, a pesar de que la propia Chiche lo reconoció públicamente hace una semana.
En el Gobierno prometieron que “esta semana” las provincias que faltan firmarán el pacto fiscal y se comprometerán a bajar el déficit, como exige el Fondo. “Está todo para que se resuelva esta semana, así que no hay ninguna posibilidad de que no se firme”, sostuvo, optimista, el secretario de la Presidencia, Aníbal Fernández.
La confianza del Ejecutivo parece lógica porque la mayoría de los caudillos del PJ se han manifestado a favor de apurar los trámites. Ayer, el jujeño Eduardo Fellner subrayó que “es necesario acelerar los tiempos, resolver la ley de subversión económica y los déficit provinciales”. Y luego advirtió que hablar ahora de elecciones es “embarrar la cancha”.
En cuanto a Buenos Aires, la predisposición de Roberto Lavagna a flexibilizar la reducción del 60 por ciento del déficit exigido acercó a Solá al acuerdo. El ministro de Economía escuchó el sábado de su boca el estado de la provincia y el plan de ajuste ideado por su equipo. La secuencia que imagina el bonaerense es la siguiente:
- Acordar el apoyo financiero del Banco Mundial, para activar las políticas sociales e de infraestructura de la provincia.
- Acceder a un ajuste pero del 50 por ciento en vez del 60.
- Comenzar con la reducción gradual de emisión de patacones
- Comprometerse a reducir el déficit otro 50 por ciento en el 2003.
- Y lograr en el 2004 un equilibrio presupuestario, condicionado al crecimiento de la recaudación y la caída del gasto primario.
Solá confirmó ayer, además, que en la reunión cumbre de La Pampa los gobernadores hablaron largamente de la posibilidad de adelantar los comicios. Sin embargo, destacó que la facultad de establecer la fecha de las elecciones “es potestad del Presidente”. Y luego dijo que él está dispuesto a que “la gente se exprese” a través de las urnas, aunque remarcó que primero “se debe ordenar el país”. Esa línea, precisamente, es la que han acordado la mayoría de los gobernadores, a instancia de los presidenciables, que quieren que Duhalde haga el “trabajo sucio” que consiste en derogar la Ley de Subversión Económica, acordar con el Fondo y eliminar el corralito.
Solá admitió nuevamente que le gustaría ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Luego aseguró que Chiche Duhalde –su competidora en el distrito– no está buscando lo mismo. La semana pasada, la primera dama exteriorizó su deseo de ser candidata provocando las iras de Solá. El bonaerense hasta dudó en viajar a La Pampa en el Tango 01, un gesto de apoyo a Duhalde que le habían pedido desde el oficialismo.
Ayer, sin embargo, el gobernador se mostró conciliador y elogió a Chiche. “Es una mujer que ha actuado en política, que es netamente bonaerense y que conoce palmo a palmo la problemática social del territorio”, la ensalzó, prudente, en un momento en que está negociando con Duhalde la flexibilización de las condiciones para reducir el déficit de su provincia. Después, trató de despegarse del resto de los caudillos del PJ y propuso que los líderes de las asambleas vecinales puedan participar de los comicios: “Tiene que haber gestos de apertura mayor de la política tradicionalmente concebida a una manera más fresca, nacida de la protesta que se registra desde el 19 de diciembre.”