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Sorprende el horrendo gusto del spot del candidato a senador López Murphy, la distancia que existe entre su virulento machismo y el pensamiento luminoso del liberal John Stuart Mill. ¿Cómo reconocer en López Murphy la promesa liberal de reconocimiento a los derechos de las mujeres proclamada hace siglo y medio? Las distorsiones de los ultra liberales en nuestro país no pueden ser más patéticas, también en materia de derechos femeninos.
Las burdas afirmaciones de intercambios sexuales (ya que no se trata siquiera de metáforas, sino de lenguaje explícito) que el spot del candidato ultraliberal adjudica a los matrimonios Kirchner y Duhalde hacen descender la política a estándares escatológicos, pero lo realmente grave es la flagrante discriminación de las mujeres que exhibe este calamitoso formato. Poco importa que el modelo tomado por López Murphy focalice los casos de Cristina y Chiche, y estoy lejos de tomar posición a favor de la fuerza política que ambas representan. Se trata simplemente de no desconocer el derecho de ciudadanía formal equivalente entre hombres y mujeres en nuestro país. Los valores democráticos, el punto de vista de los derechos humanos, las posiciones feministas y hasta la común inteligencia no pueden conceder a los rancios modos discrecionales con que la misoginia política se refiere a la participación de las mujeres. Como hace siglos, se recurre a la idea de los intercambios carnales. Si puede entenderse –aunque no comparto plenamente– que ambas candidatas reflejan en gran medida el poder de sus maridos –lo que puede hacernos teorizar acerca de las débiles posiciones sociales del género femenino–, no puede sostenerse en cambio que sean el resultado de especulaciones de varones que las utilizan sexualmente. Esto es francamente vejatorio, discriminatorio por donde se lo interprete. Me pregunto si López Murphy se animaría a tratar con el mismo lenguaje los juegos de poder, las componendas que se realizan entre los varones que hacen política...
Frente al spot no puede menos que concluirse que todas las mujeres resultan afrentadas. Las políticas y las que no lo son. López Murphy reduce el horizonte de la democracia, traiciona las mejores tradiciones liberales surgidas a mediados del XIX y transgrede el principio de igualdad que felizmente hemos logrado que conste en nuestra Constitución.

* Profesora regular titular de la UBA y directora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género / FFyL / UBA.