EL PAíS › RAUL FERNANDEZ, JEFE DE GABINETE DEL GOBIERNO PORTEÑO
“El proceso puede volverse nulo”
Fernández dice que el juicio político se cae si no lo hace la actual Sala Juzgadora. No descarta ir a la Justicia. El análisis de la situación por una de las personas de mayor confianza de Ibarra.
Por Santiago Rodríguez
El jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández, advierte que es la actual Sala Juzgadora de la Legislatura la que debe ocuparse del juicio político a Aníbal Ibarra porque “si lo deja para más adelante, es muy probable que todo el proceso se vuelva nulo” y ratifica que no descartan recurrir a la Justicia. Es la persona más consultada por el suspendido jefe de Gobierno antes de cada una de sus decisiones y no son ésas las únicas definiciones que surgen al cabo de su charla con Página/12. En su opinión, Ibarra no está hoy en funciones por “la actitud antidemocrática asumida por Mauricio Macri y por un grupo de familiares, encabezados por José Iglesias, que vivieron estos once meses amenazando a todos los legisladores” y no porque el kirchnerismo lo haya dejado librado a su suerte. “Quedó claro que su bloque apoyó el no juicio político”, enfatiza al respecto y se muestra autocrítico por no haber generado un espacio político sólido.
–En la previa a la suspensión de Ibarra siempre se dijo que había 26 votos sobre los 30 necesarios. ¿Qué pasó?
–La presión de los familiares y sus amenazas terminaron cambiando el voto de unos cuantos; la muestra más clara es la de Farías Gómez, quien planteó que Ibarra no tiene la culpa y votó a favor del juicio, o la de Noemí Oliveto, quien había expresado que no iba a acompañar y terminó definiendo su voto en función de los familiares. El punto máximo de esta situación se plantea el día jueves, cuando se pasa al cuarto intermedio ante el escándalo que provoca un grupo de familiares y a la reunión de los legisladores entra José Iglesias y plantea: “Si no hay 45 y no hay 30 votos, ustedes no sesionan”.
–¿Macri es el verdugo de las instituciones porteñas o el adversario que Ibarra necesita crear en su operativo retorno?
–Macri desarrolló una estrategia de linchamiento. De la época en que Ibarra fue a la Legislatura a dar explicaciones y a hacerse cargo políticamente de la tragedia hay crónicas que reflejan la decisión de avanzar sobre la destitución. Después, en la primera sesión de la Comisión Investigadora el macrismo avala la presión de los familiares que impugnaban a los diputados que alguna relación tenían con el gobierno de la ciudad y no se escuchó a Macri plantear que se estaba vulnerando la institucionalidad. El dictamen de la comisión no acepta ninguno de los descargos y el único responsable es el jefe de Gobierno. Queda claro que para estos legisladores en la ciudad hay una monarquía.
–Para ustedes todo es obra de Macri, pero la mitad de los legisladores que votaron el juicio político no son macristas.
–Tener el 50 por ciento en un cuerpo colegiado no es menor porque uno diseña estrategias políticas desde un número importante. Además, hay que tener en cuenta la explosión de los bloques legislativos y el rol que en este tema cumplen legisladores autodenominados de izquierda, que quedó demostrado que no existen en términos electorales. El ARI ha sido funcional a Macri y otros legisladores que no pertenecen a ninguno de estos tres espacios cedieron por temor a la presión de los familiares.
–¿El reproche por no haber fijado con claridad su posición política está dirigido a Macri o le cabe también a Elisa Carrió y Alberto Fernández?
–Lo de Macri es evidente. Carrió tampoco fijó una posición clara en relación con un hecho de la gravedad como la destitución del jefe de Gobierno. En cuanto al kirchnerismo, quedó claro que apoyó el no juicio político.
–¿Cómo analiza el retiro de los kirchneristas en la sesión del jueves?
–Fue producido por el nivel de violencia que generaba este grupo de familiares e inducido por algunos legisladores. Si repasamos los discursos, algunos incentivaron el accionar de los familiares con el propósito de generar cada vez menos condiciones para llevar adelante la sesión. El vicepresidente primero de la Legislatura, Santiago de Estrada, no cumplió cabalmente su función; debería haber generado las condiciones para que la sesión continuara porque ese día lo único que quedaba por hacer era nada más y nada menos que votar.
–¿Fue el pase de Borocotó lo que hizo que se juntaran los votos para el juicio político?
–Fue un hecho más que contribuyó a que hubiera 30 legisladores que votaran el juicio político, empezando por él, que había manifestado que iba a priorizar la institucionalidad.
–Algunos opinan que lo de Borocotó y la retirada del kirchnerismo el jueves formaron parte de una cadena de errores y otros sospechan que se buscó perjudicar a Ibarra. ¿Con cuál de esos análisis coincide?
–Se intenta cambiar el eje de la discusión. El bloque kirchnerista acompañó el no juicio político y su presidente lo manifestó claramente. El problema es la actitud antidemocrática asumida por Macri y por este grupo de familiares, encabezados por Iglesias, que vivieron estos once meses amenazando a todos los legisladores.
–¿No hay también un problema propio de no haber podido mantener una fuerza propia unida en la Legislatura?
–Sin duda, pero quisiera hacer una diferenciación: el ARI se retira del gobierno después de Cromañón, legisladores de bloques unipersonales o duales dejan de tener relación política con el gobierno y pasan a enfrentarlo después de Cromañón; otros que integraron la coalición Fuerza Porteña, como el kirchnerismo, el socialismo y partidos locales, siguieron participando del gobierno. Sí planteo autocríticamente que cometimos el error de haber confundido la participación en distintos niveles del Estado en la ciudad con la construcción política. No supimos generar un espacio político alrededor de ideas, de pensamiento, de visión estratégica de ciudad de mediano y largo plazo.
–¿Sin esa estructura detrás y en la situación de debilidad propia de este momento, cómo y qué posibilidades tienen de salir adelante?
–Se sale con la gente porque más allá de las marcas que dejó la tragedia de Cromañón, la relación de Ibarra con un importante sector de los vecinos sigue intacta. Otro aspecto es entender que debemos poner todo nuestro esfuerzo en la constitución de un espacio de centroizquierda.
–¿Si no pudieron hacerlo antes porque habrían de poder ahora?
–Más que no poder, no lo hicimos. Ahora la posibilidad está planteada con convicción de que hay generar institucionalidad alrededor de un partido.
–¿Desde la suspensión de Ibarra dialogaron al respecto con alguna fuerza política?
–En el marco legislativo sí, pero estamos abocados a involucrar a la sociedad. No puede pasar un hecho de tanta gravedad, como es el intento de destituir un jefe de gobierno, sin que los vecinos opinen.
–Pero ya intentaron hacer el referendo y no pudieron.
–Hay que buscar distintas modalidades de movilización y formas en que la gente puede hacer conocer su opinión. Les digo a nuestros vecinos, por ejemplo, que llamen por teléfono a los 15 diputados de la Sala Juzgadora y les digan su opinión, les manden correos electrónicos y vayan a verlos. Eso también es una herramienta movilizadora.
–¿Van a recurrir a la Justicia?
–Hubo muchas falencias, planteos del jefe de Gobierno que fueron rechazados y la construcción al mismo tiempo que se juzgan de las reglas a aplicar también es un hecho que vulnera el derecho de defensa. Vamos a decidir las presentaciones judiciales en el momento que corresponda.
–¿Qué legisladores deben juzgar a Ibarra?
–Lo más acertado es que el juicio lo hagan los legisladores que integran la actual Sala Juzgadora. Fue esta Legislatura la que estuvo trabajando en el tema y debe terminar este proceso. Si lo deja para más adelante, es muy probable que todo el proceso se vuelva nulo, lo que implica seguir destrozando la institucionalidad en la ciudad.
–O sea, en ese caso tienen decidido recurrir a la Justicia.
–No lo descarto, pero creo que se cae solo.
–¿Le preocupa que el juicio pueda dilatarse?
–El tiempo juega en contra de las instituciones. Nuestro compromiso es la búsqueda de la verdad y no la vamos a encontrar en la Legislatura, sino en la Justicia.
–¿Podrán mantener el acuerdo político que establecieron con Jorge Telerman si pasa el tiempo con la situación de Ibarra sin definir?
–La decisión que tomamos como gobierno frente a la suspensión de Ibarra fue seguir llevando adelante las políticas diseñadas para este año y el que viene y que cuando la Legislatura resuelva si el jefe de Gobierno sigue o no, será momento de otra discusión.
–¿Cómo funciona hoy el gobierno porteño con las presencias simultáneas de Ibarra y Telerman?
–Las decisiones en relación con lo cotidiano las toma el vicejefe de gobierno y las estratégicas las analizamos con Aníbal Ibarra.