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El Gobierno quiere que se “queden todos”. Y el todos, al parecer, incluye a todos los posibles candidatos presidenciales del PJ en serio. Así que el presidente Eduardo Duhalde se encontrará hoy con su archienemigo, Carlos Menem, para salir juntos en una foto después de mucho tiempo de no verse. Todo sea porque el ex presidente sostenga el proceso electoral que piloteará el Gobierno de transición y no amague con sacar los pies del plato como ya hacen el puntano Adolfo Rodríguez Saá y el santacruceño Néstor Kirchner. El encuentro será en público, durante la inauguración de una planta industrial en La Rioja, pero no se descartaba la posibilidad de una reunión a solas para hablar de la interna.
“Es un acto donde voy exclusivamente a inaugurar un establecimiento de aceites de aceitunas. Realmente es un emprendimiento muy importante, y seguramente el ex presidente estará allá y lo veré en el acto”, explicó ayer Duhalde durante su visita a Jujuy. Desde que se supo de la coincidencia, el Presidente se preocupó en destacar que su aparición junto a Menem era sólo una casualidad y que no estaba prevista para después ninguna reunión especial.
El Presidente subirá al Tango 03 a las 11 en Jujuy y aterrizará al mediodía –nada más y nada menos– en la pista de Anillaco. Desde ahí se trasladará por tierra a Aimogasta, donde será el principal orador en el acto de reapertura de la planta aceitera de la empresa Yovilar. Si finalmente no hay cumbre a solas, también se barajaba la posibilidad de que algunos operadores del Gobierno se encontraran con Eduardo Bauzá y otros hombres del menemismo a discutir el calendario interno.
Como para no alterar el avispero, Duhalde evitó criticar algunas declaraciones de Menem en Estados Unidos, cuando se quitó toda responsabilidad por la crisis económica que atraviesa el país. “Debemos dejar que la historia y los historiadores asignen responsabilidades”, respondió. Y agregó que “quienes están en campaña toman de blanco al Gobierno y a su Presidente; yo soy el blanco y lo acepto”.
Desde hace años que los encuentros entre Menem y Duhalde son raros y, cuando se producen, es porque tienen algún fuerte elemento político de fondo. En este caso, la voluntad de Duhalde de congregar a todos los aspirantes justicialistas bajo el paraguas de la Rosada, cuestión de que no le vayan quitando pedazos del poco poder político que aún conserva. Hasta ahora, el saldo de la jugada está en veremos.
Rodríguez Saá –que se suponía que iría la semana pasada a la Rosada a entrevistarse con el ministro del Interior, Jorge Matzkin– no sólo no fue sino que a través de su operador, Luis Lusquiños, criticó la intención de Duhalde de manejar el proceso interno partidario. En cambio, al Presidente le fue mejor el fin de semana con los gobernadores de las provincias norteñas. Allí respaldaron su idea de crear una comisión de enlace que sirva para contener a todos los precandidatos presidenciales. Además resolvieron sostener, en principio, la fecha de las elecciones, previstas para setiembre de 2003.
Es de esperar hoy que a Menem, en La Rioja, no le suceda lo que vino sufriendo en sus últimas apariciones. Tanto en el porteño barrio de Palermo como en Nueva York, en un casamiento en Córdoba o, anoche, en las puertas de Azul TV, el ex presidente padeció escraches de gente que repudia su intención de volver a postularse en 2003.