Martes, 6 de junio de 2006 | Hoy
EL PAíS › DOCE HORAS FRENTE AL JUEZ RAFECAS PARA NEGAR LAS COIMAS
El ex presidente aliancista se avino a declarar por primera vez en la causa que investiga el supuesto pago de cinco millones de pesos/dólares para conseguir la sanción de la reforma laboral en el Senado. Calificó de “mentiroso” al arrepentido Mario Pontaquarto y descalificó las pruebas.
Para Fernando de la Rúa no existió ninguna reunión en el despacho presidencial de la Casa Rosada en la que se hubiera sugerido que los senadores peronistas “necesitaban algo más” para aprobar la ley de reforma laboral de abril del 2000, tal como denunció el arrepentido Mario Pontaquarto. En una maratónica declaración indagatoria que comenzó antes del mediodía y que se prolongó hasta entrada la noche, el ex presidente negó ante el juez federal Daniel Rafecas que por su orden se hubieran pagado coimas para obtener la sanción de la norma. Minucioso, De la Rúa se detuvo en cada una de las pruebas incluidas en la resolución de mil fojas en la que el magistrado acusó al ex presidente de “cohecho activo”.
La audiencia de ayer fue la primera ocasión en la que De la Rúa accede a responder preguntas. Hasta el momento se había limitado a entregar distintos escritos con su versión de los hechos. En algunos de ellos también recusó al juez actuante. La indagatoria se prolongó no solamente por el tiempo que le llevó a De la Rúa refutar cada una de las pruebas que lo señalaban, sino porque también recusó la participación en la audiencia de la secretaria del juzgado. De la Rúa y sus abogados señalaron sus temores de una probable parcialidad de la funcionaria. Fundamentaron sus dichos en que la secretaria del juzgado venía de trabajar durante seis meses adscripta a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas que dirige Manuel Garrido, querellante en la causa. El magistrado hizo lugar a la recusación. Esto produjo que fuera el propio Rafecas quien tomara la declaración.
En la visión de De la Rúa, el tribunal tiene una visión incorrecta de la prueba y de los hechos. Al referirse al inicio de las denuncias, De la Rúa no dudó en sostener que se “trata de una operación política manejada vaya a saber por quién”. Repasando el contexto político que rodeó a la aprobación de la norma que produjo el escándalo de las coimas y la posterior renuncia del ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, De la Rúa recordó que la misma “tuvo el apoyo de Carlos Menem y de Eduardo Duhalde”. Entre los únicos opositores ubicó al dirigente de los camioneros Hugo Moyano. Esto le llevó a hacer una extraña cuenta por la que llegaba a tener a su favor “cerca de dos tercios” del Congreso. Miguel Almeyra, uno de los abogados del ex Presidente, afirmó que su defendido “demostró aritméticamente que el gobierno de la Alianza tenía dos tercios de los votos en el Senado para la aprobación de la ley y por lo tanto no necesitaba de la maniobra”. En verdad, en la Cámara alta la mayoría estaba en las manos del PJ, que de hecho cuando vio que la caída del radical era algo cercano puso a uno de los suyos, el misionero Ramón Puerta, en la línea sucesoria.
Además de detenerse en las pruebas del expediente, De la Rúa puso mucha atención a la denuncia formulada por Pontaquarto, al que no dudó en calificar de “mentiroso”, y le entregó al juez doscientas hojas del libro que está escribiendo sobre este affaire. No eran muchas las alternativas a las que el ex presidente podía apelar. Semanas atrás, Pontaquarto participó de un reconocimiento del despacho presidencial en la Casa de Gobierno. La medida se realizó un sábado y quienes pudieron participar subrayaron que el arrepentido había sido más que contundente. En esa ocasión, Pontaquarto insistía en sindicar que había un baño en esa oficina. Luego de mucho buscar, la comisión judicial lo encontró ocultó por una falsa puerta de madera. Luego de que se le presentaran distintas fotos de edecanes presidenciales, Pontaquarto señaló a quien recordaba haber visto ese día en la Rosada. Los registros luego confirmaron que en ese mes precisamente el edecán sindicado por el arrepentido había estado de turno. Por orden de la Cámara Federal porteña, que confirmó los procesamientos de Rafecas, mañana Pontaquarto tendrá que ampliar su indagatoria. Consultado por este diario sobre los dichos del ex presidente, Pontaquarto tan sólo añadió que “cada vez que escucho a De la Rúa tengo que hacer mucho esfuerzo para no faltarle el respeto”. Luego de las ampliaciones indagatorias, el juez tendrá que decidir el futuro de los imputados. Elfuturo de De la Rúa es una de las cuestiones a definir. Dentro de diez días, Rafecas tendrá que decidir si lo procesa o dicta un sobreseimiento. A la hora de la siesta, De la Rúa estuvo ayer en Tribunales, el futuro lo justificaba.
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