“La custodia actual del ex presidente Eduardo Duhalde, de su familia y de sus hijos está integrada por un comisario, cinco oficiales, 35 hombres y 8 coches de la Policía Federal, lo que demuestra que, lo que buscó la senadora era un pretexto para hacer política de baja estofa”, informó ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, en respuesta a la carta documento enviada por Hilda “Chiche” Duhalde, quien reclamó más protección luego del escrache piquetero del jueves pasado frente a su casa, en Lomas de Zamora. La senadora teme que, a casi una semana de cumplirse un nuevo aniversario de la llamada Masacre de Avellaneda, se produzcan más escraches. Para Fernández, responsable político de la Policía Federal, Chiche actúa de “mala fe” al expresar que desde el Estado no se garantiza su seguridad personal. La senadora habría atribuido la manifestación, que estimó en 500 personas, a su respaldo ante una eventual candidatura presidencial del ex ministro de Economía Roberto Lavagna.

“Nunca recibí la carta mencionada. Además, estoy seguro de que a la gente no le importa a quién pretende apoyar, ya que seguramente al que ella apoya pierde”, ironizó Fernández, y criticó a la senadora por su incomprensión ante los reclamos de los manifestantes. “Lo preocupante es que no quiere ver que estas formas de manifestarse que uno no avala, están motivadas en su conocido desprecio por cualquier tipo de reclamo popular. Lo mismo sucedió cuando insistía en que se trataran con dureza los reclamos en el Puente Pueyrredón que culminaron con la muerte de Santillán y Kosteki.”

El ministro también le recordó a la senadora que no tiene jurisdicción para actuar sobre manifestaciones en Lomas de Zamora, y aseguró que esto demuestra “la mala fe que la mueve, independientemente de que hicimos y haremos lo imposible para que no sufran este tipo de contratiempos”. Según explicó el vocero de Chiche Duhalde, lo que tiene preocupada a la senadora es que el jueves pasado se pasó de un acto reivindicativo por la Masacre de Avellaneda a un “episodio más cercano a la intimidación política” –que según la carta documento “limita su libertad de expresión”–, por su explícito apoyo a Lavagna.