Lunes, 19 de junio de 2006 | Hoy
EL PAíS › LOS PLANES DE LOS OPERADORES POLITICOS DE LAVAGNA
Ex duhaldistas y radicales trabajan para conseguir apoyos a la candidatura presidencial de Lavagna. Pero mientras unos suman de a uno, los otros priorizan las estructuras. Binner y Macri.
Por Fernando Cibeira
“La relación entre Macri y Lavagna no existe, eso está claro”, explica un integrante del grupo “El General” y repite, con otras palabras, pero en igual sentido uno de los operadores radicales del entramado que pretende llevar a Roberto Lavagna a la Casa Rosada. Ambos consideran que los votos que podría sumar Mauricio Macri se les escaparían al ex ministro por otro lado, al perder el perfil “centroprogresista”, según la calificación que le inventó Raúl Alfonsín. Por eso, a quien sueñan seducir es al candidato a gobernador del socialismo en Santa Fe, Hermes Binner, quien no sólo aportaría votos sino también la pátina de centroizquierda a la que apuntan. Mientras esperan alguna señal de los hasta ahora inexpresivos socialistas, ex duhaldistas y radicales siguen en el trabajo de captar voluntades para la movida lavagnista, aunque cada uno por su lado y con estrategias muy distintas: unos de manera individual, los otros a través de las estructuras partidarias.
Entre ellos comparten cierta desconfianza mutua. Si bien duhaldistas y radicales han sabido encontrarse en más de una oportunidad en tiempos recientes, también es verdad que de esas coincidencias a un armado electoral común hay un trecho que no se sortea de un día para el otro.
Por ejemplo, a los de El General –la agrupación que lanzaron los diputados Juan José Alvarez, Eduardo Camaño, Francisco de Narváez y Jorge Sarghini cuando comprendieron que sus lazos con el Gobierno nunca se recompondrían– les cayó como una patada que fuera Raúl Alfonsín quien lanzara en público la candidatura de Lavagna, lo que hacía quedar la “nueva” propuesta ya bastante desgastada. “Nos agarrábamos de los pelos”, grafica uno de los ex duhaldistas. “Pero después vimos la situación interna del radicalismo y entendimos que lo hacía para contener. Entre los que se acercaban al Gobierno y los que se querían ir con Carrió o López Murphy, no les quedaba nada”, aceptan ahora. Repercusiones a la vista, en El General entienden que Alfonsín no estuvo desacertado.
Del lado radical también hay resquemores. En el encuentro que la UCR bonaerense realizó el jueves pasado en Brandsen, hubo voces críticas a la unión con duhaldistas “residuales” que han tenido relaciones estrechas con el poder que desde hace añares maneja la provincia. “Ustedes mismos dicen que son el duhaldismo ‘residual’. Eso quiere decir que el duhaldismo principal ya está con el Gobierno, y es que lo peor del duhaldismo está con el Gobierno”, dijeron para convencerlos a esos radicales cuestionadores dirigentes como Federico Storani y Leopoldo Moreau, quienes más bregaron para que se apruebe el armado en Brandsen.
Sin embargo, no piensan en una tarea conjunta entre ambos sectores para el corto plazo. “Es todo muy livianito, no hay nada en firme”, responde un radical. Del lado de El General explican que con sus nuevos aliados apenas si se cruzan en algún pasillo del Congreso, pero que se tratan como esos conocidos que hace mucho que no se ven con los que se queda para tomar un café, que nunca se concreta. El trabajo que les pidió Lavagna para resolver si formaliza sus aspiraciones se hace entonces por separado.
“En privado está más decidido que en público, pero la verdad es que a nosotros tampoco nos dijo que está resuelto que vaya a ser candidato a presidente”, explica uno de los integrantes de El General. Hoy, los generales aseguran que su objetivo inicial apuntaba más hacia 2011 que a las elecciones del año próximo, pero la aparición de Lavagna trastrocó sus perspectivas. “Lo que sí nos dijo es que no quiere ser jefe de gobierno, dice que no le interesa. Y la verdad, es que si Roberto quiere ser presidente, tiene que intentarlo ahora. Primero, porque no tiene 15 años.Segundo, porque su capital político es el haber sido artífice de la recuperación económica del país. Y eso lo puede hacer valer ahora, en el 2011 ¿quién se acuerda?”, argumenta uno de ellos.
Los de El General conocen bien la provincia de Buenos Aires. Ex duhaldistas al fin, los cuatro provienen de allí. Saben del pragmatismo del peronismo, por lo que no esperan que de un día para el otro los que hoy se alinean con el Gobierno –aunque sean K de muy corta data– se pasen al lavagnismo. “¿Qué ganarían con eso? Yo, en su lugar, me quedo donde estoy y espero a ver qué pasa”, admite uno los generales. La expectativa, explica, puede cambiar cuando llegue la hora de la verdad y muchos queden afuera del armado oficial. “Hay muchos distritos donde quienes crearon el Frente para la Victoria están viendo qué pasa, porque resulta que ahora el intendente al que supuestamente combatían se hizo kirchnerista. Si esos tipos quedan afuera, aunque sea por despecho, se van a venir con nosotros”, se esperanzan.
Lo mismo suponen puede ocurrir a nivel nacional. Realistas, no creen que algún gobernador pueda sumarse al armado del ex ministro. “Rodríguez Saá nunca se llevó bien con Lavagna. (El gobernador de Salta, Juan Carlos) Romero es inasible, nunca se sabe lo que puede hacer”, analizan, citando los dos nombres que podrían suponerse más tentados. De los restantes, al igual que los intendentes del conurbano, no esperan novedades. Por eso, su apuesta pasa por sumar nombres de a uno –esta semana promocionaron el de la gremialista Susana Rueda– y esperar que la candidatura gane sustento. “No hay que perder tiempo penando por sumar gobernadores o dirigentes con gran estructura. En 1997 Graciela Fernández Meijide nos ganó la provincia sin estructura”, recuerdan.
Distinto es el caso del radicalismo, donde desde el alfonsinismo se pugna porque el partido en pleno se pronuncie a favor de la candidatura del ex ministro en una reunión que se hará el jueves. “Lo de Lavagna nos cayó en un momento justo, nos ayuda a contener”, admiten allí. El problema pasa por los gobernadores que ya se apresuraron en alinearse con la Casa Rosada. “Están los casos de Zamora, en Santiago del Estero, y de Colombi, en Corrientes. Pero, por ejemplo, Cobos en Mendoza no reelige, así que hay que ver qué acuerdo hace”, agrega uno de los más activos operadores del ex ministro dentro de la UCR.
Una vez que consigan alinear las estructuras partidarias, las aspiraciones de los radicales pasa por sumar a los socialistas con quienes ya formalizaron la continuidad de su alianza en Santa Fe para apoyar a Binner. El deseo coincide con el expresado por los ex duhaldistas de El General y, aparentemente, con el del propio Lavagna. En cambio, por derecha aseguran que no tienen nada en vista, menos que menos a Macri. “Primero, por razones nobles, porque no pertenece a nuestro espacio”, sostenía un radical que conversó del tema con el ex ministro. “Segundo, por razones prácticas. Como dice Lavagna, ese electorado viene solo”, sostuvo.
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