El subdirector del Museo Fragata Presidente Sarmiento, capitán de navío retirado Miguel Angel Goris, se suicidó tras haber sido “separado provisoriamente” de su cargo por una denuncia de la Oficina Anticorrupción (OA) ante el Juzgado Federal 6 por irregularidades en la venta de entradas. La OA había iniciado una investigación por el cobro de entradas truchas –cuyo dinero no se entregaba a la Armada– al museo, por las que se calcula que se habrían obtenido cerca de 14 mil pesos por fin de semana. Goris pasó por la Fragata Sarmiento y luego fue a la Reserva Ecológica, donde se mató. En la Armada, consideraron que era “intachable” y tenía un “reconocido prestigio” entre sus camaradas.

La OA detalló en su denuncia que en el Museo Fragata Presidente Sarmiento se cobra un bono contribución “oficial” de dos pesos, pero que existe otro bono, con una impresión de menor calidad y con números sin relieve. Esta sería la entrada trucha, que dice “entrada general”, y que presuntamente vendían para una recaudación propia. La OA advirtió en su presentación que se falsificaban los comprobantes que se entregaban a los turistas. Según el informe, hasta las tres de la tarde aproximadamente se utilizaban comprobantes reales y, después de haber cumplido con el promedio de visitantes, se comenzaban a entregar comprobantes falsos. A las escuelas se les cobraba un peso por alumno, pero sin entregarles comprobantes.

Los investigadores calculan un promedio de seis mil visitas por fin de semana a la fragata, que se convirtió en una de las insignias de la Armada, después de haber hecho 37 viajes por el mundo entre 1902 y 1939. Normalmente, recibe visitantes hasta medianoche, aunque su horario es de 9 a 20. Según los cálculos de la OA, esto implica cerca de 18 mil pesos por fin de semana, de los que sólo cuatro mil serían declararos a la Armada. El fraude se remontaría a cinco años atrás. Los investigadores aseguraron también que se llegó a presionar con sanciones a los marinos de menor rango, si se negaban a vender las entradas truchas.

El informe fue publicado por Clarín hace dos semanas y llevó a que la ministra de Defensa, Nilda Garré, se comunicase de urgencia con el jefe de la Armada, Jorge Godoy, y con su segundo, Benito Rótolo. La ministra les ordenó iniciar un sumario interno. Dos días después, la Armada separó preventivamente al director y al subdirector del museo. Al enterarse de su pase a disponibilidad, Goris renunció la semana pasada a un cargo en la Fundación Sanidad Naval. Y ayer decidió quitarse la vida.

El comunicado oficial de la Armada informó de la muerte de Goris y aludió tangencialmente a la denuncia de la OA (“había sido separado provisionalmente con motivo de los hechos de público conocimiento”). La marina señaló que “su deceso ha causado gran desazón en el personal de la institución en la que gozaba de merecido y reconocido prestigio por sus valores personales y profesionales, así como por el sentido del honor y dignidad que caracterizó su conducta”.

Una fuente sostuvo que “la Armada está perpleja. Era un hombre íntegro que se sintió tocado por esta denuncia”. En el comunicado, remarcaron que “deja tras de sí a su esposa, dos hijas y un hijo que, como su padre, abrazó la carrera de marino de Guerra” y aseguraron que “revistó en importantes destinos navales”, como la Escuela de Buceo o el propio museo, que sirvió como escuela para muchos marinos.