Jueves, 17 de agosto de 2006 | Hoy
EL PAíS › DESALOJARON AYER UN EX CENTRO CLANDESTINO DE DETENCION
El Pozo de Banfield, donde funcionó una División de Homicidios de la Bonaerense, se convertirá en un espacio para la memoria. La gobernación y organismos de derechos humanos decidirán el destino preciso del predio.
El Pozo de Banfield, el centro clandestino de detención donde estuvieron secuestrados los secundarios de La Noche de los Lápices, fue desalojado ayer para ser convertido en un espacio para la memoria. Hasta el mes de marzo funcionaba allí, desde el tiempo de la dictadura, la División Homicidios de la Policía Bonaerense para el departamento judicial de Lomas de Zamora. El personal policial fue trasladado a Llavallol; la gobernación bonaerense determinará ahora junto a la Multisectorial Chau Pozo, formada por organizaciones de derechos humanos de la zona, qué destino concreto se dará al lugar.
El edificio está ubicado en la esquina de las calles Siciliano y Vernet, a dos cuadras del Camino Negro. Es una construcción de tres pisos, la planta baja se utilizaba como sala de torturas, mientras que en los restantes pisos había calabozos. Una de sus funciones fue albergar a las detenidas embarazadas para luego separarlas de los recién nacidos. Por eso los vecinos escuchaban de manera frecuente gritos de mujeres. Una de las sobrevivientes que pasó por el lugar fue Adriana Calvo, quien daría su testimonio ante la Conadep y en el Juicio a las Juntas. “En cada celda había tres o más mujeres”, relató en aquella oportunidad; “solamente salíamos parar comer una vez cada dos días (...) el inodoro era una botella de lavandina cortada arriba”.
El desalojo del Pozo venía siendo reclamado desde hacía tiempo. El 22 de marzo pasado mil quinientas personas se reunieron frente al lugar con el pedido, convocadas por la Multisectorial. Al día siguiente el ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian, anunció que estaba de acuerdo con la propuesta y que mandaría a cerrar el lugar. Luego de una reunión con las organizaciones, se le puso fecha a la medida, que finalmente se concretó.
Si bien será la gobernación la que defina el destino del edificio, los integrantes de la Multisectorial reclaman que se les otorgue su administración. Sergio Smietniansky, de Correpi, dijo a Página/12 que “en primer lugar” quieren “preservarlo con fines judiciales”. Ocurre que hace dos años un equipo de periodistas alemanes consiguió entrar y descubrió la existencia de un sótano. “Hay muchos sobrevivientes que relatan que estuvieron detenidos en un sótano al que todavía no se identificó y que podría ser éste. Si es así, podríamos avanzar sobre los responsables de aquellos secuestros”, señaló Smietniansky. La Multisectorial hizo ayer por este motivo una movilización a la gobernación en La Plata, donde se reunió con el secretario de Derechos Humanos, Edgardo Binstock. El lunes, en vísperas del desalojo, había realizado una clase pública con alumnos secundarios. La Multisectorial está integrada por la Coordinadora Antirrepresiva Carlos “Petete” Almirón, Correpi, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el Ceprodh, entre otros.
Además de Adriana Calvo, otro de los sobrevivientes del Pozo fue Pablo Díaz, uno de los estudiantes secundarios secuestrados en septiembre del ’76. “En Banfield no me picanearon, pero fui golpeado con palos y pinchado con agujas”, recordó Díaz. En el lugar “era muy común pasar varios días sin comer”.
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