Tres semanas después de que el FBI detuviera en Houston a un norteamericano al que luego de embarcarse en Ezeiza se le encontraron elementos explosivos en su equipaje, ayer llegó a manos de las autoridades de la Policía Seguridad Aeroportuaria (PSA) el informe del organismo estadounidense: allí también pasó uno de los scanner sin ser detectado. Aun después de las opiniones de los expertos norteamericanos, para los responsables argentinos el tema tiene más dudas que certezas. En diálogo con este diario, el titular de la PSA, Marcelo Saín, desmintió ayer que los cambios que se están realizando dentro de la nueva estructura de seguridad aeroportuaria estén vinculados con este hecho.

El joven de 22 años al que se le encontró un pequeño trozo de dinamita que había comprado en Potosí, y una pequeña cantidad de nitrato de amonio, que no tenía el formato de bomba, había logrado pasar uno de los scanner del aeropuerto estadounidense. Fue detenido en un trasbordo luego de que las autoridades norteamericanas repararon que en su visado había sellos de Bolivia y de Perú. Allí fue cuando lo sometieron al control minucioso de una máquina de trazas que captura pequeñas partículas. “En todo el país tan solo tenemos nueve equipos Sabres 4000”, señala Saín. Un equipo similar a los escasos nueve que hay en la Argentina fue el que, en los Estados Unidos, detectó al estudiante que en su defensa alegó que trabajaba en minería.

“Los cambios son para dinamizar la institución. Acá no hay purga ni descabezamiento ni nada por el estilo”, confió Saín a Página/12. Algunos de esos cambios promueven a gente joven a los mandos medios de la PSA. En otros casos se trata de una reasignación de tareas y no faltan el caso de dos personas que retornan a la Fuerza Aérea.

Los cambios que se comenzaron a enunciar ayer continuarán durante toda la semana que viene.

Los cambios dentro de la estructura de la PSA coinciden con el fin de la intervención de esa fuerza. Luego de algunas prórrogas, a fines de octubre tendrá lugar la normalización de la fuerza. El proceso tendrá su broche de cierre con la sanción de la ley que dé cuerpo a la carta orgánica de la policía encargada de la seguridad en los aeropuertos.