Luego de largas negociaciones, el Gobierno y los trabajadores del Hospital Francés alcanzaron un acuerdo para garantizar la continuidad del centro de salud. El comienzo de entendimiento había aparecido anteayer, en el encuentro que reunió a los delegados laborales con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en la Rosada. Una asamblea aceptó ayer la propuesta formulada por el Gobierno. La solución incluía el cobro de una parte de los salarios caídos, la reincorporación de los despedidos y la elaboración de un proyecto de ley de fideicomiso para garantizar el funcionamiento futuro de la unidad hospitalaria. El obstáculo seguía siendo la intervención del hospital. “No podemos sacar a la intervención cuando el tema está en la Justicia”, comentaron los delegados que fue el argumento de Fernández cuando le pidieron la renuncia de las autoridades. Como alternativa, el propio Fernández se propuso como canal directo de diálogo.

“El jefe de Gabinete nos aseguró que a partir de ahora los temas del hospital los hablemos directamente con él”, señaló el delegado David Garutti una vez que finalizó el encuentro en el que se formalizó el acuerdo. Garutti también informó que el Gobierno se comprometió a efectivizar la semana que viene un adelanto de un millón de pesos para pagar parte de los salarios caídos. Por la mañana, en la asamblea, los trabajadores habían pedido a sus delegados tratar de conseguir que el adelanto superara los 500 pesos propuestos por el Gobierno. Las demoras lógicas que suele tener la sanción de cualquier proyecto de ley los llevaba a reclamar una cifra mayor que la ofertada por la Rosada. Sobre los despidos y el achique de la planta de personal, el acuerdo contempla que se reincorporará a todos los cesanteados y posteriormente se abrirá “una lista de pases voluntarios al sector público”. La intervención del Francés no participó de las negociaciones que los delegados y el jefe de Gabinete mantuvieron en la Casa de Gobierno.

Por la mañana, en el mismo momento en que se llevaba adelante la asamblea en el hospital, el interventor José Luis Salvatierra, el director general Walter González y el director médico Alejandro Silento recorrieron las instalaciones junto a un escribano y a funcionarios del Ministerio de Salud.

“Los pacientes están bien y tienen los cuidados que necesitan. En el sector de las oficinas de la administración hay un destrozo generalizado. Pero son cosas materiales, nada que no se pueda solucionar”, confió Salvatierra a este diario. “Mañana con todos los médicos presentes vamos a realizar una evaluación más a fondo de todas las instalaciones y del instrumental”, dijo Salvatierra. Abucheos y alguno que otro insulto, fue la única escaramuza que generó la visita de la intervención. Los trabajadores puntualizaban que luego de la violenta agresión que habían sufrido la semana pasada, esta reacción era lo mínimo que podían hacer. Salvatierra no reparó en ello. Sobre los acuerdos posibles, en diálogo con Página/12 insistió en que “el hospital tiene que seguir siendo privado. No hay ninguna alternativa de que sea estatal”. Se excusó de profundizar el tema, ya que dijo: “No quiero que sobre ninguna palabra para no estropear ningún acuerdo”.

Más allá de la solución al conflicto, la Justicia reclamó la declaración indagatoria de 40 personas. Salvatierra y los directivos médicos deberán responder por “instigación a la violencia”. Los delegados laborales y Sergio “Tuto” Muhamad, el barrabrava de Chacarita, por daño y lesiones.