Muchos lo comparan con el obispo Joaquín Piña, quien encabezó en Misiones la oposición a la re-reelección de Carlos Rovira. Es cierto que el cura José Luis Niella no quiere que nadie se perpetúe en Corrientes, pero su decisión de postularse para las elecciones de constituyentes, que se realizarán el mes próximo en esa provincia, va más allá de la posibilidad de que el gobernador Arturo Colombi sea habilitado para un nuevo mandato: su propósito es alentar la discusión de una reforma agraria para que “todos aquellos que quieran trabajar el campo tengan acceso a una parcela digna con la cual sostener a su familia”. El sacerdote correntino se distingue además del obispo misionero porque en su caso incursionará en el terreno electoral a la cabeza de una lista de organizaciones sociales kirchneristas.

–¿Qué lo decidió a encabezar una lista del kirchnerismo?

–Kirchnerista, quién diría... En realidad voy como candidato del Frente Social para la Victoria, que es un conjunto de diversos grupos populares que están en la lucha del pueblo, como el movimiento Barrios de Pie, el de las Amas de Casa y varias instituciones así, muy humildes y del pueblo.

–¿Por qué eso de “kirchnerista, quién diría”?

–Porque nunca tuve pretensiones políticas, y del Presidente hay cosas me gustan y otras que no tanto.

–Por ejemplo, ¿qué le gusta de Kirchner?

–La decisión que a veces tiene para realizar las cosas.

–¿Y qué cosa no le gusta?

–Que a veces se le va la boca y se apresura en ciertos juicios, como la vez que dijo que el diablo se mete en la sotana. Se equivocó grande porque yo hace como cuarenta años que no uso, así que no se me puede meter el diablo abajo de la sotana.

–Aquello fue en los días en que el Gobierno apoyaba la reelección de Rovira en Misiones. ¿Cómo vivió la confrontación del kirchnerismo con Piña?

–También fue un error de parte del Gobierno. Evidentemente Piña tenía razón en no querer una reelección indefinida de Rovira. En ninguna provincia es conveniente una reelección indefinida y tampoco, por supuesto, lo sería en el orden nacional. Una reelección, como está en la Constitución Nacional, vaya y pase, aunque ahora tampoco estoy muy convencido porque he escuchado los argumentos que se dan acá en Corrientes en contra de la idea de introducir la reelección en la provincia.

–Entonces, llegado el momento, ¿qué va a plantear en la Convención Constituyente correntina con respecto a la reelección?

–Me voy a oponer a una reelección que dure para siempre; después veremos lo demás, porque hay tiempo para pensarlo. De todos modos, a mí lo que me movió a ser candidato fue el pedido que me hicieron los pequeños campesinos de mi región. Estoy en el norte del departamento de Lavalle, en un pueblito que se llama Cruz de los Milagros. Acá hay muchachos muy buenos, con mucha capacidad, que hace muchos años que vienen trabajando en planes del Programa Social Agropecuario y del Programa de Desarrollo Rural del Nordeste Argentino, que me han dicho: “Padre, no podemos quedarnos sólo en esto; no tenemos la posesión de la tierra y nuestros jóvenes se van porque no tienen dónde trabajar”. Ese clamor de los campesinos fue lo que me movió a aceptar el ofrecimiento de ser candidato.

–¿Cómo reaccionaron dentro de la Iglesia frente a su postulación?

–No sé si mi obispo (Ricardo Faifer) estará o no a favor; acaba de llamarme para que lo vaya a ver y tengo mucha confianza en que lo tome bien porque es un hombre muy abierto y con muchas inquietudes. Fue justamente él quien hizo toda esta movida. Escribió una nota muy interesante al Poder Ejecutivo, a los presidentes de las Cámaras y a los titulares de los partidos políticos, en la que expresaba que la reforma de la Constitución no podía quedar solamente en la cuestióno de la reelección sino que había que ampliar el temario a otras cosas mucho más importantes para el futuro de Corrientes. Lo importante no es la reelección sino el reordenamiento territorial y ambiental, y la defensa de los recursos naturales de la provincia para que no pasen a manos extranjeras, para que todos los campesinos y todos aquellos que quieran trabajar el campo tengan acceso a una parcela digna con la cual sostener a su familia.

–¿Qué iniciativas piensa promover en ese sentido si lo eligen convencional constituyente?

–Lo central es señalar con exactitud qué entendemos por reordenamiento territorial y ambiental para que eso no se transforme en un simple reordenamiento catastral de la provincia. Nos basamos en un documento del Pontificio Consejo de Justicia y Paz emitido en el año 1999, que lleva por título “Hacia una mejor distribución de la tierra. Retos de la reforma agraria”. Tenemos que oponernos a que nuestro territorio pase a manos de extranjeros para que sigamos siendo colonia. No estamos en contra de la propiedad privada, ni en contra de un sano capitalismo; estamos en contra de un capitalismo salvaje y a favor de que la gente humilde tenga su capital. Al final hablamos de propiedad privada, pero la mayor parte de esta pobre gente no puede acceder a una propiedad que sirva realmente para el sostenimiento y el progreso de sus familias.