EL PAíS › FRANCHIOTTI DECLARO EN LA CAUSA DE LA MASACRE
El comisario que se siente solo
”Me dejaron solo”, se quejó el comisario Alfredo Franchiotti ante la fiscalía que lo investiga por la represión en Avellaneda y la muerte de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Fue el miércoles, cuando decidió prestarse a que lo indaguen –a lo que hasta ahora se había negado–, ya que es inminente una resolución del fiscal con la que pediría su prisión preventiva, igual que la de los otros tres policías que están presos. El hombre que estuvo a cargo del operativo del 26 de junio y que no se cansó de decir mentiras ante las cámaras, se declaró inocente una vez más, culpó a algunos superiores y dijo que “estaba dolido” hasta con el gobernador Felipe Solá, quien, sostuvo Fanchiotti, lo había llamado para felicitarlo después de la cacería y luego lo habría “mandado a detener”.
La fiscalía aún está analizando si el policía que le disparó a Santillán fue Franchiotti o el suboficial Alejandro Acosta, que en todas las fotos aparece en la estación de trenes junto a él. Lo que González ya tendría decidido es pedir a la jueza María Salvo la prisión preventiva de ambos por homicidio. Y extendería la medida al oficial Carlos Quevedo y al cabo Lorenzo Colman, aunque quizá para este último la acusación sería por encubrimiento agravado, por haber limpiado pruebas.
El miércoles, Colman y Franchiotti fueron trasladados a los tribunales de Lomas de Zamora. El primero negó cualquier clase de responsabilidad suya. Franchiotti empezó a hablar a las 10 de la noche y no paró hasta las 6 de la mañana. Dijo que él disparó “seis u ocho veces” sólo “con balas de goma” porque su arma no llevaba postas de plomo. Incluso aventuró a señalarles a los investigadores que podrían equivocarse si consideran como prueba válida el cartucho rojo que se vio en fotografías junto al cuerpo de Santillán y después desaparecieron. “Ese cartucho está intacto, no fue disparado, si no hubiera estado abierto como una flor”, dijo. Acusó, además, a dos de sus superiores de no haberlo respaldado y se quejó porque Solá lo habría llamado para felicitarlo y después le quitó apoyo. Los otros dos bonaerenses detenidos declararían hoy.
Ayer dieron su testimonio otros tres piqueteros, dos de los cuales recibieron impactos de proyectiles de plomo. Uno de ellos, Ezequiel Chamorro, dijo que él fue el blanco del policía de civil Carlos Leiva en el momento en el que aparece apoyando una rodilla en el piso disparando una escopeta en Plaza Alsina. Chamorro tiene un perdigón metálico todavía incrustado en la rodilla izquierda. Otro testigo, Juan Arredondo, recibió un balazo de plomo en un pie y en el instante en que lo estaban deteniendo le tiraron un balazo de goma en la espalda. Otro piquetero contó que la policía lo tuvo tendido en el piso, que le pisotearon las manos y le dieron un bastonazo en la cabeza que lo dejó inconsciente.