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”Las campañas no son exactamente escuelas de señoritas, pero tampoco tenemos que abusar ni permitir que existan hechos como los que estamos repudiando”, dijo ayer el ministro del Interior, Jorge Matzkin, ante unos quinientos intendentes del PJ durante un encuentro que se realizó en Parque Norte. La frase, dicha al pasar en ocasión del ataque que sufrió el diputado José Figueroa en Santiago del Estero, combinó el mea culpa con cierto tono premonitorio acerca de la interna que se avecina. Y reveló, además, uno de los objetivos reservados del Congreso y del Gobierno en general: evitar que la pelea por la candidatura estropee las chances del PJ para seguir en el poder.
El cónclave había sido convocado bajo el lema “Diálogo Abierto Justicialista” para analizar la situación política del país, en el marco del proceso electoral, y discutir una serie de reformas económicas que impulsan los intendentes: la creación de entes supermunicipales con el objetivo de reducir el gasto político en los municipios. Pero Matzkin y los intendentes aprovecharon la ocasión para hablar de la campaña electoral y el clima enrarecido que está generando la interna partidaria. El propio Matzkin, por ejemplo, dijo que el Gobierno apelará “a todos los candidatos para que todo transite en orden y tranquilidad”.
Los intendentes compartieron la posición del ministro, y se pusieron de acuerdo en elaborar un documento para “hacer llegar a los precandidatos” sus propuestas de descentralización y reducción del gasto. “La idea era no discutir política interna, porque si metíamos la discusión de los candidatos en el espacio, todo se quebraba en mil pedazos”, explicó a Página/12 el intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra. Esa decisión era previsible, porque en el encuentro se habían encontrado jefes comunales de todo el país: habían delasotistas, menemistas y otros encolumnados con el santafesino Carlos Reutemann.
Postergado el debate de las candidaturas, lo que prevaleció entonces fue un tono de campaña, casi ofensivo, que cargó sobre las fuerzas políticas que competirán con el PJ en las elecciones presidenciales. Así, Matzkin consideró como una “pura hipocresía política” la actitud de Elisa Carrió, Luis Zamora y Aníbal Ibarra, entre otros dirigentes que reclaman la caducidad de todos los mandatos. Además, el jefe de la cartera política, de pasado menemista y ahora un virtual nexo entre Eduardo Duhalde y las huestes de Menem, los acusó de hacer esas demandas por una mera “especulación electoral”. “Se terminaron los discursos mediáticos y las adivinanzas. Queremos ver si cuando les ponen las urnas por delante, se llenan de votos o de palabras”, desafió Matzkin.
En el complejo de Parque Norte, que pertenece al sindicato de los empleados de comercio que dirige Armando Cavalieri, se escucharon arengas optimistas sobre las elecciones y más cuestionamientos a los candidatos de la oposición. “Estoy convencido de que de la interna justicialista saldrá el próximo presidente de la Nación”, lanzó Matzkin, lleno de confianza, y luego volvió a cargar contra los que se oponen a las internas abiertas y simultáneas: “Nos sorprende que algunos sectores políticos de carácter minoritario que nos exigían participación y transparencia, ahora nos ponen peros cuando se tienen que presentar ante la sociedad en la interna partidaria abierta y simultánea.”
El énfasis puesto en la victoria pareció exagerado, tal vez fue pensado para pasar a un segundo plano la desconfianza entre duhaldistas y menemistas. De todas formas, los asistentes al congreso coincidieron en un documento que más tarde presentaron al Presidente en la quinta de Olivos. En ese texto, pidieron que se fortalezcan los gobiernos locales para “fortalecer las instituciones políticas del país”. Lo que no se habló en voz alta, eso sí, se conversó largamente en los pasillos, lejos de los oídos inadecuados. Varios jefes comunales del conurbano, por ejemplo, imaginaron que podría suceder si se postergara la elección de gobernador, como impulsan sin tapujos desde la Rosada.