En plena campaña electoral, el vicepresidente y eventual candidato a la gobernación bonaerense, Daniel Scioli, presenció ayer la primera competencia de la temporada del TC acompañado por el gobernador Felipe Solá, quien detenta el cargo al que aspira (y viceversa, según lo que luego dijo el gobernador). “No puede haber sido mejor este último año, despedirse de la provincia como gobernador confiando en quién será mi sucesor como estoy confiado y haciendo que esto pueda permitir una buena transición”, comentó el gobernador, interesado en el asiento de copiloto que ocupa Scioli. “Sería un honor para mí acompañar la fórmula presidencial”, reiteró.

Ayer, en el autódromo de Mar de Ajó, la carrera tuvo un vencedor con una historia similar a la de Solá. Diego Aventín, que le ganó por poco a Mariano Altuna, había sido desclasificado en noviembre pasado por tener el auto fuera de reglamento. Al gobernador de Buenos Aires también le pararon el carro cuando quiso postularse para un tercer mandato, forzando la interpretación del artículo 123 de la Constitución bonaerense. Al tanto de los rumores que indican que el candidato a vice del oficialismo podría ser un radical K (el gobernador mendocino Julio Cobos, para más señas), Solá estimó que “uno no tiene que atarse absolutamente a nada, a ningún puesto si pretende ser un político independiente y ser creíble. Si uno está atado a tener una chapa, un auto o un chofer está frito”.

Al arribar a Santa Teresita, el gobernador bonaerense aseguró que para su sucesor la “provincia queda mucho mejor que antes”, cuando la heredó “en llamas” en enero de 2002, en reemplazo de Carlos Ru-

ckauf. También señaló que en su distrito “hay muchos proyectos en marcha y con un potencial económico que se puede desarrollar mucho más”. En una clara alusión a Scioli, el mandatario destacó que habrá una “transición en la que quien me suceda, que está acá cerca mío, no va a perder tiempo”.

Mientras charlaban con los dirigentes de la Asociación Corredores Turismo Carretera y los pilotos, los dos mandatarios reconocieron su fanatismo por las carreras. El ex motonauta fue el más moderado, contó que estaba feliz de compartir “el sentimiento, la pasión de esta categoría que genera esa mística, esa lucha de marcas, la convocatoria de las familias que vienen a ver este gran espectáculo y la gran industria que es el Turismo Carretera”. Solá recordó a ex pilotos como Eduardo Casa, Juan Carlos Navone, Jorge Cupeiro y su “chevitú”, Carlos Pairetti, Eduardo Copello y los autos Torino (ver suplemento Líbero).