Como los melones en el camión de las verduras, el anuncio de la fecha de las elecciones porteñas que hizo ayer el jefe de Gobierno Jorge Telerman hará que las candidaturas de los partidos opositores que estaban en danza comiencen a acomodarse después del sobresalto. Los tiempos se acortaron y el momento de las definiciones comienza a pisarles los talones a las posibles alianzas que estaban en formación y que todavía no acordaron el nombre y apellido de quién presentarán a la cabeza de la boleta con la que competirán por la gobernación de la ciudad de Buenos Aires.

En el campo de la derecha, en Compromiso para el Cambio (CPC) dicen no modificar sus planes acerca del momento en el que presentarán las candidaturas, marzo según los plazos que pregonan hace ya tiempo. En las filas del empresario Mauricio Macri todavía tienen que decidir dónde competirá el ingeniero, si lo hará en el orden regional o nacional. A pesar de mostrar tranquilidad frente el anuncio, ya habían encargado anteriormente mediciones para monitorear el nivel de aceptación de su aliado de Recrear, el ex ministro de la Alianza Ricardo López Murphy, como candidato a gobernar la Capital.

Las especulaciones están a la orden del día, ya que de la decisión del presidente de Boca se desprenderá finalmente cuál será el destino del Bulldog, ya que también se lo tiene en cuenta como posible candidato a la presidencia, según lo establecieron los dirigentes de su partido en el Encuentro nacional que realizaron el viernes y el sábado en Pilar. Igualmente, el fugaz ex ministro de Economía de la Alianza se encontraría más cómodo yendo a la cabeza como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires y así poder acceder a la conducción del bloque derechista en la Cámara de Diputados, al que su sector ve muy desorganizado en el recinto. Si esto fuera así saldría de Horacio Rodríguez Larreta o la legisladora Gabriela Michetti el nombre del candidato.

En el partido de Elisa Carrió, el ARI, las cosas no venían transcurriendo de la mejor forma, ya que casi no contaban con un nombre de peso propio para presentar. El ex jefe de Gobierno Enrique Olivera era la persona que sonaba desde el riñón del partido, pero también es rechazado por otros sectores internos. La diputada María América González aparecía como otro de los nombres más cercanos, pero ella ve con mejores ojos integrar la lista de candidatos a senadores. Otra mujer que había surgido con posibilidades era la ex ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, quien aparecía como candidateable aunque la única que sostenía su postulación era Carrió, por lo que cuenta con menores chances.

El economista de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y diputado nacional, Claudio Lozano, tuvo un encuentro a solas con el diputado arista Eduardo Macaluse y su jefa política, Lilita Carrió, por lo que sonaba como potencial aliado y candidato. Lozano lanzará oficialmente su postulación este lunes cuando aparezcan en la calle afiches de su organización, la Corriente Política Germán Abdala, promocionándolo, lo que no implicaba que no vaya a aceptar el apoyo del ARI. Está abocado al armado de una “propuesta basada prioritariamente en poner en marcha una nueva fuerza política. En la ciudad de Buenos Aires sobreabundan los candidatos, pero escasean los partidos. Nuestro acuerdo básico es ir a buscar a la gente”, y junto al banquero Carlos Heller constituyeron el Movimiento por Buenos Aires.