Diego Martín Frías, preso desde hace más de un año por una dudosísima investigación sobre un secuestro extorsivo, cumplirá este lunes dos semanas de huelga de hambre total, con ocho kilos menos. Como publicó Página/12 hace dos semanas, Frías, de 30 años, con trabajo y sin antecedentes, fue imputado por la fiscal Rita Molina junto con Darío Neves y Martín Ceviranes, que tampoco tienen antecedentes penales. El expediente, producto de un evidente armado policial, se basó en el testimonio de una mujer que nunca pudo ser ubicada y en reconocimientos hechos luego de que a las víctimas del secuestro se le mostraran las fotos de los imputados. Lo asombroso es que la fiscal detuvo a un cuarto hombre, con nítidas pruebas en su contra, incluyendo huellas digitales encontradas en el vehículo usado en el secuestro, pero que no tiene ninguna vinculación con los detenidos. Frías dice que está dispuesto a morir ante la continúa negativa a rever el expediente y a realizar una verdadera evaluación de las pruebas.