Viernes, 30 de marzo de 2007 | Hoy
EL PAíS › LA DISCUSION SOBRE CASACION LLEGO A UN DEBATE EN DERECHO
“¿Por qué la Corte Suprema pidió ‘mesura’ ante las críticas a la Cámara de Casación? Porque si no somos mesurados podemos ser desmesurados”, apuró ayer la jueza de la Corte Suprema Carmen Argibay, luego de leer la pregunta enviada por Página/12 sobre el final de la exposición del primer panel de las Jornadas sobre Derechos Humanos y Sociales en la Justicia. “Si no se bajan los decibeles, esto puede terminar siendo una tragedia griega. Hay que pensar antes de hablar; que no se personalice todo esto porque se desvirtúa el proceso que inició el Consejo de la Magistratura”, indicaría más tarde la jueza de la Corte, vía telefónica, sorprendida por el “mal entendido” generado tras el comunicado del alto tribunal, que pedía equilibrio y mesura “para todos”. “No hubo intención de hacer una brecha. Es más, en este caso no estamos en contra del Presidente”, agregó.
“Es sólo una coincidencia. Planeamos estas jornadas el año pasado”, juraba sonriente, Julio Piumato, secretario general del sindicato judicial, en uno de los pasillo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. El dirigente fue el primero en referirse a la polémica sobre Casación durante el acto de apertura. “No hay atraso en las causas, hay encubrimiento”, aseguró Piumato antes de entrar al salón de actos. Allí, en torno de la mesa, aguardaban el embajador Agustín Colombo (familiar de desaparecidos), la senadora Marita Perceval, Estela de Carlotto de Abuelas de Plaza de Mayo, Gastón Chillier del CELS y Argibay.
“¡Es así Piumato!, la verdad se pretende escamotear”, dijo Perceval durante la charla, donde los oradores recordaron el lamentable rol de la Justicia durante la dictadura. Para la senadora, “muchos jueces creen que quienes buscan la verdad son prepotentes, nostálgicos, izquierdosos... y hasta me atrevería a decir que en algunos despachos todavía tienen el cinismo de decir que somos subversivos”. A la hora de los ejemplos, Colombo no dudó en usar el más actual de todos: “El juez (Alfredo) Bisordi dijo que nunca en 40 años vio semejante intromisión del Poder Ejecutivo en la Justicia. Quisiera recordarle cómo la Morgue Judicial actuó al servicio de la dictadura. Mientras los familiares reclamaban en Tribunales por los desaparecidos, a sólo 800 metros, en la calle Montevideo, el Primer Cuerpo del Ejército descargaba sus camiones llenos de cadáveres. Allí se falsificaban las actas de defunción, violando todos los procedimientos que establece la ley”, concluyó el hermano de Agustín Colombo, un militante judicial desaparecido.
Ante un público integrado por funcionarios, jueces, legisladores, especialistas y estudiantes, Chillier hizo un recorrido de lo que llamó “un proceso de justicia”. “Estamos en el principio del fin”, estimó el secretario ejecutivo del CELS, quien criticó a la Cámara de Casación por ser un “tribunal desprestigiado que tiene más de cien casos que no han tenido resolución en tres años”. A su lado, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo no dejaba de asentir con su cabeza. “Si la Justicia no llega rápido, se convierte en injusticia. Les voy a dar un ejemplo: en Casación tuvieron tres años para decidir sobre el caso de un niño apropiado. Una vez, en un pasillo de Tribunales me dijeron ‘qué suerte que tocó tal Cámara de Casación porque si te tocaba otra los absuelven a todos”, contó Estela de Carlotto. Cuando tomó la palabra, lo primero que pidió Argibay fue un gran aplauso para ella.
“Como decía mi abuela, ‘el pescado se pudre por la cabeza’. Lo que le pasa al Poder Judicial es lo que le pasa a la sociedad argentina”, reflexionó la magistrada en referencia a quienes “prefieren olvidar, incluso negar, la verdad”. Después de escuchar las quejas de los demás panelistas, por la complicidad de la Justicia durante la última dictadura militar, la magistrada recordó la indiferencia y el maltrato que recibió de sus colegas luego de salir de la cárcel durante el gobierno de facto.
También pidió autocrítica a sus colegas y evitar “los prejuicios internos”. En su breve y apasionado discurso, Argibay se refirió indirectamente a la polémica desatada por el pedido del presidente Néstor Kirchner para investigar a los jueces de la Cámara de Casación que taponan las causas por derechos humanos: “La Justicia tiene que servir a la sociedad; tiene que ser independiente y hacer lo que manda la Constitución y nuestros principios. El fin no justifica los medios”.
Informe: Emilio Ruchansky.
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