Los ingenieros de PRO quizá nunca leyeron Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Pero ayer propusieron dar un paso hacia ese futuro. Mauricio Macri y Juan Carlos Blumberg presentaron una propuesta de crear un registro de ADN para violadores y asesinos. Pero Blumberg –quien todavía no asumió su rol de candidato– dio un paso más allá: “No sólo debería ser un banco de violadores. A todo ciudadano, cuando nace, se le toma una muestra dactilar. ¿Qué problema tiene que se tome el ADN también? Si no tiene nada que ocultar”, planteó el posible candidato a gobernador de PRO. “Con eso la gente decente estaría tranquila”, dijo.

Además, Blumberg propuso “un sistema de prevención” que incluya la instalación de cámaras de seguridad para detectar delitos “que después, inclusive, sirven como pruebas a la Justicia”. “Nada de eso se hace”, se lamentó, aunque no dio muchas precisiones de donde deberían colocarse.

La puesta en escena fue consistente con la propuesta: los ingenieros se encontraron en una esquina de Villa Urquiza, en Olazábal y Barzana, donde el año pasado fue violada una joven de 23 años. Aunque no los acompañó la familia de la víctima, sí estuvieron las dirigentes de la ONG de Ayuda a las Víctimas de Violaciones (Avivi), quienes prepararon el terreno para el proyecto macrista: “El violador es irrecuperable”, consideró María Elena Leuzzi. “Merecen pena eterna”, se sumó Silvia Weksel.

Ambos de negro, Blumberg y Macri se pararon en la esquina con caras largas. Los escoltaban el primo del empresario, Jorge Macri; su mano derecha, Horacio Rodríguez Larreta; el candidato a legislador de Blumberg, Gerardo Ingaramo, y el diputado Eugenio Burzaco, autor del proyecto. Al candidato a jefe de Gobierno de PRO le tocó defender la iniciativa. “Creen que esta ley viola los derechos humanos, pero en otros países ya existe y existe acá, en Córdoba”, contó el diputado de licencia. “Todos los países lo tienen: Colombia, Estados Unidos”, enumeró Blumberg.

“En este tipo de delito hay mucha reincidencia. Con un poco de semen o un pelo se reconoce al delincuente”, planteó Macri. Blumberg recordó que el registro de ADN de violadores fue presentado en su última marcha a Plaza de Mayo, y le apuntó al Gobierno: “Hay una instrucción del gobierno central a los legisladores de que no lo traten”.

Luego, los ingenieros caminaron unas cuadras juntos. De buen humor, Macri se detuvo en un local de empanadas, que había visitado en una recorrida anterior: “Un voto, una empanada”, saludó a la dueña. El presidente de Boca (de licencia) esquivó las preguntas sobre la candidatura de Blumberg: “¿La provincia de Buenos Aires? ¿Y eso en qué país queda?”, bromeó.

–¿Blumberg está más cerca suyo? –preguntó Página/12.

–Sí... ¿No viste que estaba como a diez centímetros? –respondió Macri.

A la hora de las (in)definiciones, Blumberg volvió a sus respuestas conocidas (“La gente me lo pide”, “Lo estoy considerando”) y, por último, aventuró que su decisión estará después de las elecciones en la Capital. Esta es la segunda vez que Macri se saca una foto con Blumberg durante la campaña porteña. Como en la primera ocasión (en el Café Tortoni) el encuentro pareció preparado únicamente para esa imagen.

Sin embargo, al igual que aquella vez, el padre de Axel asumió por un momento el lugar de Macri, para criticar a sus adversarios: “Muchos candidatos hablan de seguridad y no entienden nada”, lanzó. Y le apuntó al jefe de Gobierno Jorge Telerman, por el presupuesto de seguridad, que consideró bajo. El ingeniero también se quejó de las protestas con “gente que va con palos, la cara tapada, intimando (sic), y nadie hace nada”.