Miércoles, 9 de mayo de 2007 | Hoy
Una de las amenazas al juez Rozanski habría salido de un teléfono de personal jerárquico del Servicio Penitenciario bonaerense.
Por Alejandra Dandan
“Nosotros sabemos quién sos vos, y vos quiénes somos nosotros.” A las doce de la noche del sábado al domingo pasado, el presidente del Tribunal Oral Federal 1 de La Plata recibió varias llamadas de teléfono en su casa con expresiones intimidatorias como ésas. Le mencionaron el nombre de su mujer y de su hija y le preguntaron cuánto estaría dispuesto a pagar por ella en un rescate. Según la Justicia, una de las llamadas que recibió el camarista Carlos Rozanski salió desde un teléfono del personal jerárquico de una unidad penitenciaria bonaerense. Así, no la habrían hecho los presos, sino un jefe penitenciario. La investigación analiza además la relación de las llamadas con el inminente comienzo del juicio oral al ex capellán de Policía, Christian von Wernich, su traslado a una cárcel común y la situación de los presos por las causas del terrorismo de Estado. La Cámara Federal de La Plata se reunió en un plenario por primera vez luego de quince años para sacar una acordada de “repudio” a la situación (ver aparte).
“Las amenazas a Rozanski todavía son confusas, pero nos permiten sospechar de un sector del Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires”, explicó una fuente de la investigación a este diario. “Creemos que los autores intentaron simular una extorsión o un secuestro para hacerse pasar por presos comunes pero no lo eran.”
La causa de las amenazas está en manos del juez federal 1 Manuel Humberto Blanco y del fiscal federal Sergio Franco. Con los datos del camarista, ellos investigan ahora la relación de las llamadas con agentes del SPB, las causas por el terrorismo de Estado y sus resquemores, aunque no descartan alguna otra posibilidad.
¿Cuáles son los elementos que existen para sostener esta opción? Entre los datos de peso, en la causa prestan atención al “lenguaje” que usaron los autores de los llamados, al “horario” de las comunicaciones y a la procedencia.
De hecho, las llamadas localizadas por ejemplo fueron dos. Una se hizo desde un 0-800 de una tarjeta Global de Telefónica, de la que se está buscando el dato del teléfono de base. La otra llamada se habría hecho desde una cárcel de la provincia que no pertenece al SP Federal como la de Marcos Paz, donde están alojados los represores de las causas de derechos humanos, entre ellos, y desde el viernes, el propio ex capellán de policía Christian von Wernich.
Esta llamada es tal vez el dato más importante reunido hasta acá. Como salió de un teléfono de línea correspondiente al área de la jefatura de la cárcel y no a los presos comunes, se sospecha que los autores o el autor está entre la jerarquía de esa unidad del SPB. Gente que por la edad, según las fuentes de la causa, habrían participado de la dictadura, que aún “comulgarían” con las filosofías de la represión y que en este momento está preocupada por el rumbo de las causas. El horario de los llamados de la medianoche y su repetición alimenta esa opción dado que se supone que es un horario en el que los presos no tienen esos teléfonos a su alcance. “Salvo que sea un descontrol administrativo absoluto”, analizó una de las fuentes.
Rozanski es una de las personas más simbólicas en la provincia de Buenos Aires en las causas de derechos humanos. Presidente del Tribunal Oral que condenó al ex comisario Miguel Etchecolatz por primera vez por “delitos cometidos en el marco de un genocidio” en septiembre del año pasado, ahora tiene en manos la etapa final de la causa del ex capellán de la policía de Ramón Camps. En el marco de ese expediente, ese tribunal ordenó el viernes pasado el traslado “inmediato” del cura a una cárcel común hasta el inicio juicio. La hipótesis que apunta al SPB por las amenazas a Rozanski no excluye la posibilidad de relacionarlas con la causa Von Wernich y la decisión de su traslado.
Los investigadores de las amenazas conocen de cerca las causas por la represión porque las siguieron e investigaron hasta la etapa del juicio oral. Con el juez Blanco, Arnaldo Corazza es el otro magistrado que trabaja en La Plata con estos casos y ahora sigue la pesquisa por la desaparición de Julio López que se produjo tras la condena a Etchecolatz. El propio Corazza encabezó un allanamiento a la cárcel de Marcos Paz buscando notebooks o celulares de los represores detenidos, entre los que además de Von Wernich está Etchecolatz. El allanamiento incluyó una denuncia a un funcionario del SPF y su desplazamiento porque consintió el trato de privilegio a los presos. A criterio de los investigadores, las amenazas al camarista estarían mostrando algo de ese espíritu de cuerpo. Aunque se trate de una fuerza federal y otra provincial.
“Creemos que pueden tener relación porque los dos servicios tienen una raíz común, una filosofía en común”, explicó la misma fuente. “Digamos que como saben que los organismos federales están más expuestos que otros es como que derivarían el trabajo sucio para hacer, para no ser tan obvios.”
De esa misma unidad penitenciaria bonaerense salió, según esta fuente, una llamada al TOF de Rozanski en septiembre del año pasado, apenas después de la desaparición López. En aquel caso, la llamada “amenazante y desafiante” la recibió el Tribunal, esta vez llegó al casa de su presidente. “Una llamada es casualidad –dice la fuentes–, dos ya no.”
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