Pese a las declaraciones de Quilmes que asegura haber firmado un acuerdo con sus distribuidoras, los trabajadores de la rama de Gaseosas y Aguas Minerales del Sindicato de Camioneros comenzaron esta madrugada un paro en reclamo del pago de sueldos y aguinaldo adeudados. Sin embargo, está convocada una reunión gremial para las 10, en la que decidirán si se levanta o no la medida de fuerza.

La cervecería y maltería Quilmes aseguró a través de su vicepresidente de Relaciones Institucionales, Mariano Botas, que se llegó a un arreglo con el grupo de veinte repartidoras bonaerenses que “permitirá abonar los haberes caídos lo más rápido posible que permitan las circunstancias técnicas”. Además garantizaron que “si alguna de las distribuidoras presenta por escrito la explicación de sus problemas financieros para abonar los salarios, la Quilmes le extenderá por única vez un préstamo”.

Botas explicó que “la compañía nada tiene que comunicar al gremio, ya que se trata de un acuerdo firmado con sus distribuidoras”; por este motivo, el protesorero del Sindicato de Camioneros, Pablo Moyano, ratificó la huelga nacional hasta que “el último trabajador perciba la totalidad de los haberes caídos”.

Ayer por la tarde hubo un intento de reunión convocado por el Ministerio de Trabajo que fracasó debido a la ausencia del sector empresario. Aseguraban que de no mediar una solución empezaría a partir de la medianoche un paro de choferes de recolección de residuos de Capital Federal si no se lograba un acuerdo.

Quilmes, en manos de la multinacional Inveb, integrada por capitales brasileños y belgas, había acusado a través de un comunicado a “un grupo de distribuidoras del Gran Buenos Aires” de retrasar “deliberadamente” el pago de los salarios para presionar “por mejores condiciones comerciales”. Con una clara intención de desligarse de responsabilidades, aseguró que “comparte” el reclamo y lo considera “justo pero equivocado en el destinatario de sus acciones”.

Moyano denunció a Quilmes de querer implantar “una política de achicar costos y despedir trabajadores”. La interna entre la cervecera y las repartidoras se debe, según el gremio, a que la empresa estaría intentando aplicar el mismo mecanismo que ya utilizó en Brasil: reducir la cantidad y cambiar por distribuidoras propias el servicio de repartición de bebidas.

Ayer por la mañana los trabajadores realizaron una movilización frente a la Embajada de Brasil para pedir “la seguridad de la continuidad laboral de todos los trabajadores y el pago del sueldo de junio y el aguinaldo”. La Policía Federal impidió el acampe y la instalación de ollas populares. Hubo forcejeos con los manifestantes y la protesta terminó tras la fallida convocatoria de Trabajo.