Elisa Carrió volvió ayer a señalar que su fuerza política “está claramente” en el segundo lugar en intención de voto para las elecciones presidenciales. La candidata de la Coalición Cívica aseguró que enfrentará a Cristina Fernández de Kirchner en una segunda vuelta.

Carrió desestimó las encuestas que el fin de semana pasado aseguraron que la primera dama tendría un 48 por ciento de los votos. Cifra que le garantizaría a la candidata del Frente para la Victoria un triunfo en primera vuelta. Algo que Carrió descarta de plano.

En distintas entrevistas radiales, la chaqueña admitió que la senadora marcha al tope de las preferencias pero también señaló que la mayoría de los encuestados miente por temor a perder los planes sociales. “La persona que tiene más intención de voto es la candidata oficialista”, admitió antes de subrayar que también son altos los niveles de rechazo. “El 55 por ciento no está dispuesto a votarla. En una elección donde el 50 por ciento no quiere votar la continuidad de un proyecto y decidiera votar al segundo, podríamos estar en condiciones de hacer una elección extraordinariamente competitiva”, puntualizó.

Para reafirmar su teoría del ballottage, destacó que ella es la única candidata que tiene votos en todas las clases sociales. En sus últimas apariciones públicas, Carrió se preocupó por destacar que las encuestas la ubican en segundo término. Algo que motivó las críticas de Roberto Lavagna y del radical Gerardo Morales, que se arrogan ese lugar. Instalar la idea de la segunda fuerza aparece como clave para poder concentrar un voto opositor al Gobierno. Por las dudas, Carrió no quiso polemizar con los encuestadores. No descartó, en una hipotética segunda vuelta electoral, realizar una convocatoria más amplia que la ya de por sí amplia Coalición Cívica. Afirmó que podría acordar “con quienes en la primera vuelta han competido en otras listas electorales o incluso con el peronismo”.