Lunes, 29 de octubre de 2007 | Hoy
EL PAíS › TRIUNFADORES Y DERROTADOS EN LOS COMICIOS NACIONALES
Por Fernando Cibeira
GANARON
Cristina F.
de Kirchner
Las dudas que surgieron cuando se lanzó su candidatura y las críticas que recibió luego su estilo de campaña quedaron sepultadas ayer cuando se abrieron las urnas. Cristina Kirchner se convirtió en la primera mujer presidenta electa como tal, y lo hizo gracias a una cantidad abrumadora de votos que le permitió ganar en una cómoda primera vuelta, prácticamente duplicando los puntos de su perseguidora. Ahora tiene por delante la tarea de mostrar en gestión sus promesas de perfeccionamiento del modelo K que planteó en la campaña. Queda como luz amarilla la derrota sufrida en tres de las grandes ciudades del país.
Néstor Kirchner
El Presidente se anotó ayer varios porotos. Deja la gestión obteniendo para su proyecto político cerca del doble de votos que los cosechados cuando llegó en 2003. La arriesgada jugada de desistir de su reelección y dejarle la candidatura a su esposa se comprobó finalmente un acierto. Otra jugada de ajedrez, la de mover a Daniel Scioli de la Capital a la provincia de Buenos Aires –que meses atrás fue cuestionada por facilitarle el triunfo a Mauricio Macri–, se convirtió ayer en la piedra basal sobre la que se edificó la amplia victoria de Cristina Fernández. En Santa Cruz, donde el oficialismo compitió con Daniel Peralta –un candidato casi “muleto” si se compara con los nombres rutilantes que se barajaron en algún momento– también se impuso luego de un conflicto provincial muy fuerte.
Daniel Scioli
La virtud del vicepresidente fue no romper definitivamente su alianza con Kirchner. Aguantó las épocas de tormenta y esperó hasta que llegó su turno. Ayer, por derecho propio, se convirtió en uno de los dirigentes a tener en cuenta en el país al ganar en el distrito número uno por una diferencia apabullante. Su futuro, ahora, dependerá de la suerte que corra su gestión en una provincia donde los problemas no escasean. Sus latiguillos –“con optimismo, miremos hacia delante”– seguramente ya no le servirán y le van a exigir resultados. Si logra encarrilar su gestión, será uno de los nombres a tener en cuenta en 2011, por ahora en el campo del oficialismo.
Elisa Carrió
Las encuestas de los últimos días opacaron la sorpresa, pero por anticipado no deja de ser llamativo el importante caudal de votos obtenido por Carrió ayer, principalmente en grandes centros urbanos. Al frente de una alianza un poco improvisada y de estructura reducida, se impuso en la pulseada con Roberto Lavagna por el segundo lugar. Un párrafo aparte se merecen sus triunfos en Capital Federal y en Rosario, donde la clase media demostró que sigue teniéndola entre sus favoritas. Carrió había anticipado que éste sería el último comicio en el que se presentaría como candidata, pero el resultado la habilita para pelear el liderazgo opositor en el próximo gobierno, por más que haya quedado lejos del declarado objetivo de llegar al ballottage.
Hermes Binner
El socialista, gobernador electo de Santa Fe, jugó el papel de equilibrista durante la campaña para decir que votaría la fórmula que apoyó su partido –Carrió-Giustiniani– al tiempo que fue imposible presentarlo como un opositor a la fórmula oficialista. Ese equilibrio, ayer le permitió que ninguna derrota fuera suya y todos los triunfos –el de Carrió en la provincia y el del kirchnerismo en la nacional–, un poco de él. Al igual que Scioli en Buenos Aires, será su suerte en la gestión la que determine el futuro político de Binner. Tiene abierto tanto un sendero para explorar un acercamiento a la Concertación Plural como la búsqueda del liderazgo del centroizquierda opositor.
EMPATARON
Julio Cobos
Los votos demostraron en avalancha lo correcto de su estrategia al frente de los radicales K de impulsar una alianza electoral con el Gobierno, frente al decepcionante tercer puesto del radicalismo oficial que sostuvo la candidatura de Roberto Lavagna. Según había adelantado en los últimos días, el triunfo a nivel nacional lo llevará a pretender ahora quedarse con la conducción de la UCR. Sin embargo, sufría en Mendoza la derrota de su candidato César Biffi frente al justicialista Celso Jaque. Como vicepresidente deberá construir una relación con Cristina Fernández y algunas desavenencias en la campaña demostraron que no será sencillo.
Mauricio Macri
Macri decidió no jugar fuerte en esta elección y así le fue. Su fuerza, el PRO, debe haber sufrido la fuga más grande de votos que se recuerde. Del 45 por ciento obtenido en la primera vuelta para la Jefatura de Gobierno porteño apenas cuatro meses atrás, se le esfumaron más de 30 puntos en la Capital. Eso se debe en parte a la falta de figuras taquilleras, pero también a su zigzagueante política de apoyos en la elección presidencial. Con todo, tuvo la suerte de que ninguno de los candidatos de la oposición haya podido amenazar la supremacía del oficialismo, con lo que a partir de hoy es sin dudas el principal opositor al gobierno nacional y uno de los números puestos a aspirar a la presidencia en 2011.
Margarita Stolbizer
Alió su suerte a la de Elisa Carrió y mal no le fue, sin contar sus denuncias sobre robo de boletas. La alianza con Lilita le permitió volver a superar en votos al radicalismo oficial que se alió a Roberto Lavagna y en la provincia de Buenos Aires sostuvo a Ricardo Alfonsín. El segundo puesto en la elección bonaerense seguramente la llevará a buscar la conducción de la UCR provincial y evitar que en la próxima se arme una estrategia en el distrito sin tener en cuenta su posición. Con todo, su cosecha no consiguió inquietar ni de lejos el triunfo de Scioli, amplio y parejo en toda la provincia.
PERDIERON
Roberto Lavagna
En la Casa Rosada aún hoy reconocen que Lavagna era número puesto para ser el candidato a jefe de Gobierno porteño del oficialismo. Sin embargo, el ex ministro hizo sus propias cuentas y resolvió que podía lanzarse directamente a la presidencia, como paladín de una versión prolija del kirchnerismo. Un primer punto en contra fue que lo hizo de la mano de Alfonsín y del duhaldismo residual, lo que le dificultó presentarse como una opción novedosa. Luego fue evidente su falta de charme para ganarse las simpatías de los sectores populares. Su intento por “humanizarse” en el último tramo no alcanzó y terminó atrás de Carrió en la pulseada por ser el mejor opositor. Su futuro en la política nacional es muy nebuloso.
Ricardo López Murphy
Su candidatura presidencial fue un error desde el vamos. Lo advirtió su socio Mauricio Macri, quien primero lo ignoró y luego le dio un respaldo que más pareció un pésame. Luego el Bulldog intentó bajarse a través de una alianza con Carrió que se frustró. Pese a los dos contratiempos, López Murphy decidió seguir adelante y así le fue. Para peor, llevarlo en la boleta le significó un salvavidas de plomo al PRO. Hubo corte de boleta, pero queda la duda de cuánto podrían haber sacado los “amarillos” si no hubieran presentado postulante a la presidencia.
Jorge Sobisch
Su caso es un ejemplo de que por más que se cuente con recursos casi ilimitados para una campaña eso no tiene por qué traducirse a votos. Sobisch estuvo en tratativas con el peronismo de Rodríguez Saá, pero como no lo aceptaron como candidato a presidente se mandó por su cuenta, seguramente como primera escala hacia 2011, pero lo de ayer no le sirve ni para eso. Habrá que hacer estudios para conocer si la magra cosecha obtenida por Sobisch no constituye un nuevo record de costo por voto, superando a la ya legendaria Nueva Fuerza de Chamizo, en 1973. Sobisch además perdió en su provincia, Neuquén, donde sufrió un escrache de parte de los docentes por el asesinato de Carlos Fuentealba.
Juan Carlos
Blumberg
Durante mucho tiempo convertido en el “cuco” opositor que podía plantar pelea en la provincia de Buenos Aires, ayer Blumberg demostró ser un bluff. Luego de que se conociera que en verdad nunca se había recibido de ingeniero, pese a que se hacía llamar como tal, Blumberg terminó de perder credibilidad como referente social. Mauricio Macri le dio la espalda y terminó candidateándose en la boleta de Jorge Sobisch, un dirigente a tono con su discurso de mano dura. Así anduvo. El tan promocionado debut electoral del falso ingeniero fue como uno de esos cohetes de fin de año que no explotan.
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