La ciudad de Buenos Aires es una montaña rusa política, donde aquel que hoy está en lo más alto puede terminar mañana a ras del piso. Quedó demostrado ayer con el triunfo de Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica que hace apenas cuatro meses realizó una discreta elección porteña y ahora se alzó también con el premio de las dos bancas de senadores reservadas para la primera minoría. Carrió derrotó a Cristina Fernández de Kirchner, cuyo hombre para el Senado, Daniel Filmus, apostaba a ganar para consolidarse como referente de la oposición K al macrismo en el distrito y tuvo que conformarse con el tercer escaño en disputa. Sin un candidato presidencial de peso, los macristas no pudieron reeditar el contundente triunfo que en junio pasado le permitió a Mauricio Macri quedarse con la Jefatura de Gobierno local. El espacio encabezado por Carrió también ganó en el rubro Diputados.

La multiplicidad de resultados electorales que exhibe la Capital Federal en los últimos años va de la mano de la desaparición de las formas tradicionales de representación política. Frente a la debilidad de las estructuras partidarias, quienes definen ahora las elecciones son las figuras. Y no es lo mismo la Coalición Cívica con Carrió en la cancha que sin ella, como ocurrió hace unos meses cuando su fuerza se presentó en la ciudad asociada con Jorge Telerman y apenas consiguió dos legisladores de los treinta en juego. Tampoco es igual el macrismo si Macri no juega.

La elección de Carrió en el rubro presidencial fue determinante para la obtención de los lugares que en nombre de la Coalición Cívica ocuparán María Eugenia Estenssoro y el filósofo Samuel Cabanchik en la Cámara de Senadores. La chaqueña obtenía al cierre de esta edición poco más del 36 por ciento de los votos, contra casi 26 por ciento de Cristina. Tercero terminaba Roberto Lavagna, con poco menos de 18 por ciento, y cuarto Alberto Rodríguez Saá, con casi 9 por ciento. Al filo del 4 por ciento, Fernando “Pino” Solanas bajaba a Ricardo López Murphy al sexto puesto.

Esta vez Carrió no sólo fue protagonista directa de la elección, sino que además batió sus propias marcas. En 2003 también compitió para presidenta y con 19,83 por ciento terminó segunda detrás de Ricardo López Murphy, quien en cuatro años dilapidó el capital que significó aquel triunfo suyo con el 25,82 por ciento: ayer no reunió siquiera el 4 por ciento entre los porteños y tampoco conseguía una banca en Diputados como candidato en la provincia de Buenos Aires. La líder de la Coalición Cívica también mejoró su elección de dos años atrás, cuando compitió por un lugar en la Cámara baja y escoltó a Macri. Entonces consiguió el 21,9 por ciento y al empresario lo votó el 33,9 por ciento del electorado.

La candidatura al amparo de Cristina no le permitió a Filmus mejorar su desempeño con respecto a la primera vuelta de las elecciones a jefe de Gobierno: cosechó casi los mismos votos que en aquella elección.

El ministro de Educación llevaba consigo en la boleta a Mercedes Marcó del Pont. La economista quedó fuera del Senado, pero al menos todavía tiene por delante otros dos años de mandato como diputada.

Relegado al tercer lugar por Estenssoro y Filmus, quienes lo duplicaron en votos, Carlos Melconian ni siquiera puede aferrarse a ese consuelo. Macri tal vez le reconozca con algún cargo en la administración porteña los servicios que prestó como candidato de PRO a la Cámara alta y el haber sacado casi un 10 por ciento más de votos que López Murphy. El economista tuvo un corte de boleta a favor casi similar al que en contra sufrió Estenssoro en relación con Carrió.

El mismo destino que a Melconian les espera a la mayoría de los integrantes de la lista macrista a Diputados, encabezada por Federico Pinedo: sólo el jefe del bloque del macrismo en la Cámara baja y Cynthia Hotton, su sucesora de Recrear en la nómina, tenían anoche una banca asegurada.

“Macri no participó de esta elección, no estuvo involucrado”, declaró Pinedo con el propósito de salvar la ropa de su jefe y cargó las tintas sobre el socio caído en desgracia: “Esta fue una elección presidencial donde el PRO apoyó a un candidato presidencial de Recrear, que es López Murphy, que tuvo una intención relativamente baja”.

La elección a diputados fue casi una réplica que la de senador: primeros salieron quienes acompañaban la postulación de Carrió, segundos cerca los adherentes a la postulación de Cristina y terceros los macristas.

La puja en términos personales la ganó Patricia Bullrich al frente de la boleta de la Coalición Cívica. La siguió el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, a la cabeza de la lista del Frente para la Victoria. El socialista Roy Cortina asociado a Carrió desplazaba del tercer lugar del podio al macrismo y algo más atrás se ubicó Diálogo por Buenos Aires con Miguel Bonasso, quien logró retener su banca.

También Claudio Lozano parecía encaminado a asegurarse otros cuatro años más en Diputados, esta vez al tope de la lista de Proyecto Sur. El primer tramo del escrutinio provisorio le daba al economista de la CTA cerca del 7 por ciento de los votos. “Estamos contentos porque hemos plantado bandera”, analizó Solanas, candidato a presidente y senador de ese espacio.

La radical Silvana Giúdici también se presentó a elecciones con el afán de conservar su banca. En su caso, todo indicaba que tendrá que esperar al reparto final de escaños en función del sistema D’Hont para saber si consiguió o no su cometido.

Es difícil predecir qué deparará la montaña rusa porteña para las elecciones de 2009. Macri ya está sentado en el carro de la Jefatura de Gobierno. Habrá que ver ahora a cuál se sube Carrió después de su triunfo y quienes más sacan boleto para la vuelta que viene.