Las fiscales del caso del triple crimen allanaron ayer a la madrugada el domicilio de un policía bonaerense, en actividad, y que revista en la planta transmisora de La Plata, es decir el lugar donde asesinaron a los tres efectivos el 19 de octubre último. La investigación sobre el policía empezó a raíz de que dos días después del triple crimen el efectivo denunció que le robaron su pistola calibre 9 milímetros reglamentaria. Eso llamó la atención de los investigadores. Pero posteriores estudios técnicos y científicos demostraron que el policía –que está vinculado con la hinchada de Estudiantes de La Plata– tendría alguna otra relación con lo ocurrido en la planta transmisora. También se allanó el domicilio de un amigo de Leandro Colucci, el principal sospechoso. Se trata de una persona que participó, junto a Colucci, de un apriete y una compra con una tarjeta de crédito robada.

Los detectives que encabeza el superintendente de Investigaciones, Hugo Matzkin, vienen insistiendo hace varias semanas en la necesidad de allanar los domicilios que fueron allanados ayer. Finalmente, las fiscales Leyla Aguilar y Cristina Larroca y el juez César Melazo dieron la autorización el jueves y ayer en la madrugada se concretó la irrupción judicial en cuatro viviendas.

La más llamativa fue al efectivo de la Bonaerense que revista en la planta transmisora. Esa noche no estaba de turno, pero cumplía funciones en el mismo lugar en el que se produjo el triple homicidio. Los investigadores señalaron anoche que sería una obstrucción a la pesquisa revelar los elementos que vinculan al policía, en actividad, con lo ocurrido en la planta. En concreto, las miradas sobre él se posaron cuando denunció que le robaron su arma, de la misma marca, Bersa, y el mismo calibre que las que tenían los tres asesinados, los oficiales Alejandro Vatalaro y Ricardo Torres Barbosa y el sargento Pedro Díaz. Sin embargo, otro elemento distinto, que los investigadores no quieren develar, y que proviene de estudios técnicos y científicos, relacionaría a este policía con lo ocurrido en la planta transmisora. “Las explicaciones que ha dado no son satisfactorias y, encima, hay otro descubrimiento que hemos hecho que lo pone en una situación aún más inexplicable”, le dijo anoche a este diario una fuente judicial.

En el triple crimen se usó una sola pistola Bersa nueve milímetros, y en la escena se encontraron proyectiles de otra arma similar. La lógica indicaba –y aún indica– que los atacantes usaron las pistolas que les quitaron a los dos oficiales, Vatalaro y Torres Barbosa, pero eso es imposible de precisar porque las dos armas fueron robadas por el grupo agresor. La única pistola que no se llevaron fue la del sargento Pedro Díaz, que se defendió y apareció con el arma debajo de su cuerpo. “No, la vinculación con el triple crimen no pasa por el arma. O por lo menos no se puede probar porque las dos armas de los oficiales desaparecieron y también la del efectivo cuyo domicilio fue allanado ayer. De manera que no hay pericia balística posible porque tenemos proyectiles pero no las armas”, redondeó la fuente. Tal vez se abrigaba alguna esperanza de encontrar alguna de las pistolas en los domicilios allanados, pero lo concreto es que ya pasó casi un mes del triple crimen y es casi imposible que los atacantes mantengan en su poder una prueba tan contundente de vinculación con semejantes homicidios.

El otro objetivo de los allanamientos de ayer fue un amigo muy cercano a Leandro Colucci, el hombre al que se sindica como el protagonista principal del triple crimen. La hipótesis oficial es que Colucci quería vengarse de Vatalaro porque éste mantenía una relación con su ex novia, Noelia, y para concretar esa venganza convocó a integrantes de la barra brava de Estudiantes. Las amenazas y aprietes de Colucci a Noelia, sus allegados y familiares, están probadas en el expediente. En uno de los aprietes contra un familiar de Noelia, con un acto de violencia incluido, Colucci actuó acompañado por este amigo cuya casa fue allanada ayer. También hubo otro episodio que los sorprendió juntos. Ambos intentaron comprar nafta en una estación de servicio utilizando una tarjeta de crédito robada. Como es obvio, la sospecha es que este amigo también acompañó a Colucci durante la madrugada del 19 de octubre en la planta transmisora.