El jueves a la noche fue la Casa Rosada. Anoche, la quinta de Olivos. Como aquella película de Nick Nolte y Eddie Murphy, el Gobierno está viviendo 48 horas de pura adrenalina. Desde el anuncio del nuevo gabinete, la cúpula del oficialismo –el Presidente, la mandataria electa y Alberto Fernández– está concentrada en una tarea urgente. Completar los lugares vacantes de la administración, es decir las segundas líneas de los ministerios, los entes autárquicos y las principales embajadas. Reducido a su círculo más restringido –del que también forma parte el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini–, el oficialismo debatía anoche en Olivos qué hacer con el PAMI, la Anses y las embajadas más importantes. En la reunión se evaluaron los nombres que encabezarán los organismos, que están entre los presupuestos más altos del Estado. También se analizó qué hacer con la embajada en Francia, que había sido ofrecida al gobernador Felipe Solá: hasta ayer a última hora no había respuesta.

Al revés de los equipos de fútbol, que suelen formarse de atrás hacia adelante, en el nuevo gabinete se empezó por lo más alto. Primero se anunciaron los ministros, con el paso de los días se empezaron a llenar las secretarías de Estado, los organismos autárquicos y las representaciones en el Exterior. Para el PAMI, la tarea parece estar bastante encaminada. Tras el alejamiento de Graciela Ocaña, que dejará la intervención para asumir la cartera de Salud, el organismo quedaría en manos de su actual vicepresidente, Luciano Di Césare. Hombre de confianza de Ocaña, Di Césare fue primero coordinador ejecutivo del PAMI, luego pasó a la vicepresidencia. En la sede de Perú y Diagonal Sur aseguran que es el hombre de poder real dentro del instituto: tiene relación con las prestadoras y habría sido el alma máter del nuevo modelo prestacional.

El ascenso de Di Césare no es la única opción que circuló por estos días. Como el organismo aún no está normalizado (cuando eso suceda, las autoridades serán elegidas por un consejo con participación de los afiliados), hay quienes esperan que dentro de unos meses el PAMI tenga otra conducción. Para ese lugar estuvo sonando el nombre de la diputada Patricia Vaca Narvaja, de muy buena relación con el jefe de Gabinete. Al igual que Ocaña, a Vaca Narvaja se la considera parte de la tropa albertista. Otro de los nombres que se llegó a barajar fue el del titular de Astilleros Río Santiago, Julio Urien. Con pasado setentista, Urien estuvo unos años al frente de la repartición del PAMI en San Martín. Era el pago chico de Luis Barrionuevo, lo habían designado para desarticular negocios. Urien dejó ese cargo con bajo perfil. Hoy lo ocupa un hombre del intendente electo de Tigre, Sergio Massa.

La mención de Massa obliga a cambiar de tema y hablar de la Anses. El organismo que se encarga de liquidar las jubilaciones es una de las reparticiones del Estado con mayor presupuesto. En su paso por la entidad, Massa consiguió la certificación de calidad ISO; en el Gobierno le reconocen una muy buena gestión. En los últimos días el nombre de Massa apareció en rumores de todo tipo. La más sorprendente lo vinculó al Ministerio de Economía, que terminó ocupado por Martín Lousteau (el matrimonio Kirchner lo habría tanteado para ocupar el Palacio de Hacienda y Massa, sí, se habría negado). Especulaciones al margen, lo que está confirmado es que Massa asumirá la intendencia de Tigre. Si por él fuera, le gustaría que su sucesor sea un hombre de su confianza, el economista del CEMA Amado Boudou, hoy secretario general de la Anses. Otra opción sería el gerente de Normatización del organismo, Miguel Fernández Pastor, de conocida militancia en la UCR. Su elección sería un guiño a los radicales K, que hasta ahora no recibieron demasiado.

Entre todos los nombres que se barajan para la Anses, dos candidatos de peso se sumaron en las últimas horas. Se trata de Claudio Moroni, actual síndico general de la Nación, y Juan Carlos Nadalich, actual ministro de Salud de Santa Cruz. Moroni está muy cerca de Alberto Fernández, Nadalich es un pingüino de confianza de Alicia Kirchner.

Anoche, en Olivos, comenzaban a definirse los nombres. También se discutía qué hacer con la embajada en Francia si Solá decidía rechazarla y asumir como diputado raso. Un dato sugestivo: varios días pasaron desde que se supo del ofrecimiento. Y hasta ahora no hubo confirmación.