Sábado, 5 de enero de 2008 | Hoy
El represor de Campo de Mayo falleció en el Hospital Naval. Tenía cáncer. Se ordenó una investigación.
Primero fue el prefecto Héctor Febres, integrante de la ESMA, quien apareció muerto el 10 de diciembre. Luego el ex coronel de Inteligencia del Ejército Santiago Hoya, de 83 años, fallecido en el Hospital Militar el 20 de diciembre (se había internado allí por problemas renales y cardíacos). Ayer se conoció la muerte de otro represor: Néstor León López, alias “El Alemán”, otro prefecto. López estaba acusado de participar en secuestros y torturas a varios delegados y trabajadores de la fábrica Mercedes Benz. El juez federal de San Martín, Alberto Suárez Araujo, lo había procesado el 26 de marzo de 2007 por siete hechos de tormentos y secuestros en la llamada megacausa “Campo de Mayo”. López murió el 28 de diciembre en el Hospital Naval. Según la autopsia, por un cáncer; sin embargo el juez inició actuaciones para establecer las causas de la muerte.
Con el deceso de “El Alemán” ya suman tres los represores fallecidos en los últimos treinta días. López estaba internado en el Hospital Naval desde hacía varios meses, le habían diagnosticado cáncer. Según una fuente con acceso al expediente judicial, esa enfermedad habría sido la causa de la defunción. López tenía 66 años. Sobre él pesaba un procesamiento con prisión preventiva por secuestros y torturas acaecidos en la fábrica Mercedes Benz, en González Catán. El juez Suárez Araujo le había impuesto, además, un embargo por 20 millones de pesos. El procesamiento se basó sobre todo en los testimonios de varios sobrevivientes del campo de concentración que el Ejército tenía en Campo de Mayo.
Las pruebas contra López habían partido de varios ex empleados de Mercedes Benz que estuvieron desaparecidos y lograron sobrevivir. Héctor Ratto, obrero de la firma, relató que “El Alemán”, junto a otros represores, lo había sometido a simulacros de fusilamiento y sesiones de tortura con picana en Campo de Mayo. Lo mismo testimonió Serafín Barreira, compañero de trabajo de Ratto en aquellos años. Cuando declaró ante el juez contó que tras secuestrarlo, lo llevaron a Campo de Mayo y que allí lo ataron a un elástico de cama, le colocaron una toalla húmeda encima y le aplicaron electrodos en distintas partes del cuerpo. Otro testimonio contra López fue el de Eduardo Covarrubias, a quien secuestraron junto a su esposa embarazada de ocho meses. Covarrubias contó que al ingresar al predio del Ejército primero lo sometieron a mordeduras de perros de policía y luego lo comenzaron a interrogar: mientras le hacía preguntas, “El Alemán” lo golpeaba delante de su mujer.
En el expediente figuran otros nombres de víctimas de López. Uno de ellos fue Pablo García, también trabajador de Mercedes Benz. García está desaparecido. Por estos hechos también están procesados Reynaldo Bignone y Santiago Riveros, ambos con prisión domiciliaria.
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