“No es un documental sobre mi vida, es sobre la búsqueda y el recuerdo de mi mamá y mi papá”, dice Victoria Donda a Página/12, minutos antes de que se proyecte Victoria, documental de Adrián Jaime (Los Perros y Tosco, grito de Piedra) que se proyectó nada menos que en el lugar donde nació: la ESMA, ahora, convertida en Espacio para la Memoria, un lugar pensado para que florezca la vida sobre las marcas de tanta muerte. “Me da mucha alegría”, dice Donda cuando se le pregunta qué siente ante la proyección del documental en este predio. “Es una mezcla de sentimientos porque pensar que nací acá es muy fuerte, pero siento alegría porque esto lo logramos con la pelea del pueblo, de las Madres, de las Abuelas, de los HIJOS, con la pelea de un pueblo que no se resignaba a perder la memoria”, asegura. La actividad se realizó en el Sector Delta, después de la ceremonia interreligiosa, organizada por el gobierno nacional (ver nota aparte). Una multitud llenó de bote a bote ese enorme recinto para decir “¡Presente!” en el preestreno de la película. Numerosas banderas del Movimiento Libres del Sur –la agrupación por la cual Donda llegó a ser actualmente diputada nacional– y del Movimiento Universitario Sur se distinguían a simple vista. Los cánticos de los abanderados reflexionaban sobre el día que se conmemoraba.

Hasta que llegó el momento de un breve pero intenso y emotivo discurso de Estela de Carlotto y todo el mundo aplaudió antes de escuchar las palabras de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo: “Este aplauso va para todas las abuelas, para todas las madres, para todas las que no olvidamos y estamos dejando la vida, el último tirón para que las cosas cambien en nuestro querido país, para que ustedes chicos tengan una Argentina digna como querían los papás, como querían nuestros 30 mil desaparecidos”, les dijo Carlotto, agradecida y emocionada.

Victoria tiene la particularidad de haber sido filmada en el momento en que iban sucediendo los hechos que narra. Ese presente le da una autenticidad al relato que resulta conmovedor cada vez que Donda se emociona, ya sea porque se alegra cuando visita a su abuela materna en Canadá, Leontina Puebla de Pérez, una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, como de tristeza y angustia cuando escucha el relato de un compañero de su madre, María Hilda Pérez de Donda, sobre las condiciones en las que estuvo detenida. Buena parte de la familia viva da su testimonio en Victoria. Excepto, el teniente de navío Adolfo Donda Tigel que, paradojas del destino, es hermano de sangre del padre de Victoria, José María Laureano Donda, desaparecido tiempo después que su mujer. Sólo que José María honró la vida con su militancia. Y su hermano fue represor en la ESMA y está actualmente procesado y en prisión.