Jueves, 8 de mayo de 2008 | Hoy
EL PAíS › FUNDAMENTACION DEL NUEVO IPC
Por David Cufré
Las autoridades del Indec explicaron ayer por primera vez su posición respecto de la producción de estadísticas desde que estalló un severo conflicto en el organismo en enero de 2007. Al frente de las exposiciones estuvieron Ana María Edwin, su titular, Beatriz Paglieri, la responsable del área de precios, y la mayoría de los directores que asumieron con la nueva gestión. Su versión de los hechos es que, en realidad, en los últimos años se produjeron “distorsiones muy dañinas” en la medición de la inflación a causa de la falta de renovación metodológica. “Todos los países realizan adecuaciones periódicas que aquí no se concretaron. Se acabó el piloto automático”, sentenció Paglieri antes de presentar en detalle qué se tuvo en cuenta para formular el nuevo IPC.
Después de hacer un diagnóstico de situación respecto de cómo se estaba midiendo la inflación, Paglieri indicó conceptualmente cuáles son las transformaciones más importantes:
- Cambia la base de bienes y servicios relevados. Se utiliza para ello la última encuesta de gastos de los hogares, de 2004/2005, en reemplazo de la de 1995/96. Pero también se incorpora información de organismos públicos y entes concentradores, como el Mercado Central, para completar la muestra. Esto es una novedad respecto de lo que se venía haciendo, aunque Paglieri destacó que así lo ordenaba la ley vigente, que nunca se aplicó. Puso el ejemplo de un nuevo listado de consumo de medicamentos, con datos aportados por el Ministerio de Salud, para adecuar la muestra a lo que ocurre desde la incorporación de los genéricos, que no se estaban midiendo.
- En lugar de contabilizarse 818 bienes y servicios, se seguirán 440. Se excluyeron básicamente productos importados que se habían sumado a la base durante la convertibilidad. “Todos los países acotaron sus canastas en los últimos años”, afirmó Paglieri, utilizando la experiencia de España y Estados Unidos.
- Se dejarán de “imputar” precios. En la actualidad, cuando los encuestadores no encuentran determinado producto en los comercios, por la razón que fuera –desde hechos extraordinarios a su discontinuidad–, el sistema de cálculo le asigna un precio estimado, que en la mayoría de los casos es erróneo. Por ejemplo, la funcionaria mencionó el caso de un saco de verano, cuyo precio se imputó durante 10 meses porque no se lo encontraba en el mercado, y cuando reapareció costaba 360 pesos en lugar de los 704 que había calculado el programa informático. “Estas imputaciones provocan distorsiones muy graves en la actualidad”, advirtió.
- Sustitución de bienes. En función del punto anterior, lo que se hará de aquí en más es definir los productos a relevar con precisión. “Tiene que haber una muestra homogénea, muy precisa, pero lo que se releva son productos, no marcas”, señaló Paglieri. En consecuencia, si el encuestador es enviado a medir el precio del café instantáneo y no consigue una marca, deberá registrar otra. Por esa razón ya no se publicarán los precios de los bienes, sino su variación porcentual. Este punto es el que generará mayores discusiones, ya que los consumidores no podrán constatar la información del Indec. No sabrán a cuánto se está calculando el café, sino que recibirán únicamente información sobre cuánto subió su precio de un mes a otro. “El precio no es significativo, pero sí que la especificidad del producto buscado sea absolutamente cerrada para evitar discrecionalidades”, fundamentó Paglieri.
- Canastas móviles. En productos con fuerte estacionalidad, como frutas, verduras e indumentaria, empezarán a aplicarse ponderaciones móviles, en lugar de fijas. Esto responde a la experiencia internacional, subrayó Paglieri. El funcionamiento es el siguiente: el rubro frutas tendrá siempre el mismo peso en el IPC, pero en verano el durazno tendrá una ponderación mayor dentro del rubro porque su disponibilidad en el mercado crece, mientras que en el invierno su ponderación caerá y subirá la de la mandarina. Lo mismo ocurrirá con verduras e indumentaria.
- Adecuaciones de calidad. Se creará un equipo especial para determinar en qué medida influyen los ajustes de calidad. Es, también, un tema de moda a nivel internacional. Tiene que ver con una correcta medición de los cambios en los productos ofertados, mayormente por razones tecnológicas. Los ejemplos más comunes son los de aparatos de computación, telefonía celular o vehículos nuevos. Si una empresa lanza al mercado una nueva PC y su precio es 30 por ciento mayor al modelo anterior, lo expertos deberán determinar en qué medida eso conlleva un incremento de precios o es sólo una suba por la mejora tecnológica.
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