El problema de los jueces subrogantes es más grande cuanto más se demoran los concursos para juez. Hasta ahora suelen durar, con optimismo, dos años desde que comienzan. El año pasado la Asociación de Abogados de Buenos Aires denunció que uno de los grandes embudos se produce en el Poder Ejecutivo, que retiene las ternas. El oficialismo en el Consejo de la Magistratura impulsa una reforma del sistema para agilizarlo, se supone. Pero en los términos en que vienen planteadas las propuestas son muchas las variables en juego: los kirchneristas proponen eliminar, por ejemplo, el anonimato en los exámenes de manera de saber quién es el concursante y que los consejeros que evalúan se puedan formar una idea de a quién están evaluando. La oposición en el organismo ha planteado que con el argumento de la celeridad se corre riesgo de que aumente la discrecionalidad y que la mayoría K maneje la selección de magistrados.