La cúpula de la Iglesia argentina, encabezada por el cardenal Jorge Bergoglio, se reunió ayer con el “canciller” papal Dominique Mamberti y con el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone. Según trascendió, las autoridades episcopales no sólo aprovecharon la visita a Roma para hablar de temas religiosos, sino que también trataron “todas las cuestiones políticas y diplomáticas pendientes”. Aunque no quisieron dar más precisiones, se habló de la polémica postulación del ex ministro de Justicia Alberto Iribarne como embajador ante la Santa Sede y de la vacante que dejó Antonio Baseotto al jubilarse como obispo castrense. La discusión sobre la pobreza y el conflicto con las entidades agropecuarias tampoco quedaron fuera del cónclave.

Bergoglio, junto a los obispos de Tucumán, Héctor Villalba; de Mercedes-Lujan, Agustín Radrizzani, y de San Miguel, Sergio Fenoy esperan “poder estrechar la mano” de Benedicto XVI tras la audiencia general que tienen prevista para hoy. “El Papa no tiene posibilidad en su agenda, por eso simplemente van a saludarlo mañana, en un breve encuentro tras la audiencia”, detallaron las fuentes. Los obispos argentinos y el nuncio apostólico, Adriano Bernardini, se llamaron a silencio, aunque trascendió que salieron “satisfechos” de la reunión con las autoridades vaticanas.

Sin embargo, trascendió el “creciente malestar” por la negativa del Gobierno de reemplazar a Iribarne como postulante a embajador. El ex ministro de Justicia es divorciado y volvió a formar pareja. La Iglesia nunca le aprobó el plácet de diplomático. En ese cargo se está desempeñando el encargado de Negocios, Hugo Gobbi. En los despachos oficiales de Roma “no convence” el actual status “imperfecto” de la embajada, aunque aclaran que “no ponen piedras en el camino” para que Gobbi desempeñe sus funciones.

Otro de los puntos que se trató en el encuentro fue la demora del Gobierno en designar a un nuevo obispo castrense, en reemplazo de Antonio Baseotto, quien se jubiló en 2005. Baseotto había sugerido que se tirase al mar al entonces ministro de Salud Ginés González García, por su postura en materia de salud reproductiva.