Tras 18 años de su privatización, Aerolíneas Argentinas vuelve al Estado y no en mejores condiciones que en las que estaba al momento de su venta. La empresa, que fue líder en América latina y una de las cinco más seguras del mundo, encara un proceso de saneamiento. La venta de Aerolíneas coincidió con un fuerte crecimiento del tránsito aéreo, la liberalización de muchas condiciones laborales y el levantamiento de las barreras para el ingreso de operadores. A pesar de ese contexto favorable, la privatización fue un fracaso.

La historia de la compañía se remonta a 1929, año en que comenzó a operar bajo la denominación Aeroposta. Para el siguiente año, comenzaron a volar otras dos aerolíneas: Líneas Aéreas del Sudoeste y del Noreste. Pero no fue hasta 1950 que se fusionaron para dar forma a Aerolíneas Argentinas.

La empresa operó como línea de bandera hasta 1990, luego de que se cambiara su tipo societario de Sociedad del Estado a Sociedad Anónima. Aerolíneas fue vendida, más tarde, a la estatal española Iberia, que adquirió el 85 por ciento de la compañía, como parte del programa de privatizaciones del entonces presidente Carlos Menem. Las aeronaves y la mayoría de las propiedades de Aerolíneas –tanto las oficinas centrales como en París, Nueva York, Los Angeles, Roma y Francfort– fueron vendidas y algunos activos fueron dados en préstamo.

Económicamente, tuvo consecuencias en el transporte de cabotaje, debido a que se eliminó la protección que tenía, con la que ofrecía el 50 por ciento de los asientos. Esta medida, junto con la de flexibilizar las tarifas, liberó la actividad a las fuerzas del mercado. Iberia no aportó cambios en la gestión y sólo compró para Aerolíneas dos Boeing 707 de diez años de antigüedad por 1,57 millón de dólares cada uno.

Los problemas internos de Iberia y de sus filiales la llevaron en 1994 a la bancarrota, momento en el que el accionariado de Aerolíneas pasa a la Sociedad Española de Participaciones Industriales, ente de participaciones industriales del Estado español. Es en 1999 que se decidió dar la administración a American Airlines. La gestión de American se caracterizó por resolver problemas operativos cancelando los vuelos.

La devaluación trajo algo de alivio a la situación de Aerolíneas, ya que a la empresa le resulta competitivo enviar tripulaciones al exterior en pesos, mientras los pasajes se cobran en dólares. Una cuestión que el Grupo Marsans supo aprovechar. Actualmente, Aerolíneas es la única empresa grande que trabaja dentro del país, acaparando el 80 por ciento del tráfico de cabotaje.