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El Gobierno confirmó que las internas de diciembre siguen en pie. Lo hizo a través del ministro del Interior, Jorge Matzkin, quien le aseguró a un nutrido grupo de diputados menemistas que aun en caso de que algún juez haga lugar a los recursos presentados y suspenda las elecciones, el Gobierno apelará. Es que, pese a las declaraciones dubitativas del presidente Eduardo Duhalde, de los últimos días, en Interior juran y perjuran que jamás recibieron alguna indicación para dilatar el proceso electoral. La fecha clave es el 26 de octubre, día en que las fórmulas presidenciales deben quedar inscriptas en la Justicia. Después ya se haría muy complicado volver atrás.
“Nos vamos totalmente satisfechos con la garantía, según las expresiones del ministro, de que las internas se van a hacer y que ante cualquier fallo judicial el Gobierno lo va a apelar. Por lo tanto, creemos que es un tema totalmente superado”, dijo el sobrino Adrián Menem al salir de la Rosada. Su tío Carlos había exigido que las elecciones se hicieran sí o sí, al tiempo que atacó a Duhalde por su actitud de los últimos días.
Lo que preocupó a los menemistas fue que el lunes el Presidente dijera que en la Argentina “no hay clima de internas”. También sostuvo que si la Justicia fallaba en contra de la convocatoria por ahí el Gobierno no apelaba y se podían adelantar un poco las generales, cuestión de hacer una sola elección. Para eso, Duhalde considera la posibilidad de utilizar el proyecto presentado por el diputado Gerardo Conte Grand que, para gambetear las internas, imaginó un híbrido que combina la ley de lemas con el sistema tradicional.
Matzkin y el subsecretario de Interior, Cristian Ritondo, recibieron ayer a los diputados menemistas en plan de pelea, pero los atajaron diciéndoles que sí a todo. Los funcionarios les confirmaron el cronograma previsto hasta las internas del 15 de diciembre y, luego, para las generales del 30 de marzo del 2003. “Hay mucha actividad, en especial mediática, que establece dudas de que el proceso se lleve adelante y por eso tenemos que insistir en que se van a hacer las elecciones”, explicó Matzkin. Los menemistas se fueron contentos.
Como prueba de que dicen la verdad, en Interior muestran que contestaron en los plazos legales las cuatro demandas pidiendo que se suspendieran las internas. Dos de ellas habían sido presentadas justamente por dirigentes menemistas y motivaron el cambio de metodología de los comicios –antes los afiliados de un partido podían votar en la interna del otro–, por lo que ahora ya no tienen razón de ser. Hay otros dos, una presentada por el senador Jorge Yoma y otra por un abogado de apellido Salvatierra, que fueron respondidas rápidamente por el cuerpo jurídico del ministerio. Saben que existe una quinta presentación que todavía no llegó a sus manos. “Nosotros respondemos todo lo que nos llega porque jamás recibimos una indicación en contrario”, explicaban ayer en Interior. El funcionario obviamente admitía conocer las especulaciones que se tejen cerca de Duhalde sobre la inconveniencia de ir a unas internas que sólo parece que le van a traer disgustos. Pero, al mismo tiempo, aseguraba que las señales que les llegaban del primer piso de la Rosada no iban en ese sentido. Por ejemplo, sostenían, ayer mismo apareció publicado en el Boletín Oficial un decreto de Duhalde disponiendo que se adquieran los implementos necesarios para realizar las elecciones. Y los otros funcionarios que hablaron ayer como el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, y el secretario privado de Duhalde, José Pampuro, también confirmaron la intención del Gobierno de cumplir con lo pactado.
Mientras se espera por la suerte de los recursos judiciales, siguen corriendo los plazos del cronograma electoral. El 14 de octubre vence el plazo para la inscripción de alianzas, el 24 deben quedar oficializadas las candidaturas presidenciales en las juntas electorales de cada partido mientras que el 26 de octubre los postulantes serán inscriptos ante la Justicia electoral. Una vez que todos esos trámites sean cumplidos, al Gobierno o a quien fuere le resultará muy complejo detener el proceso.