- Por encima del libertador, nada. En algunos barrios y en sus plazas, Washington se parece a esos lacónicos pueblitos escandinavos. Pero en otras zonas los edificios majestuosos dan cuenta de dónde se concentra el poder. Edificios a los que, por otra parte, les está prohibido superar la altura del obelisco, el monumento a George Washington, lo que deriva en una armonía casi uniforme de cemento podado en el piso doce.

- El Grupo de los 7. Este seguramente fue el viaje de Cristina Fernández de Kirchner con menor cantidad de funcionarios acompañándola. En comparación con presidentes anteriores –al menos desde la restauración democrática– las comitivas tanto de Néstor Kirchner como de ella siempre fueron sumamente reducidas, pero en esta ocasión sólo viajaron a Washington siete funcionarios: la Presidenta, el canciller Jorge Taiana, el ministro de Economía, Carlos Fernández; el de Tecnología, Lino Barañao; el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri; el secretario de Relaciones Internacionales, Alfredo Chiaradía, y el vocero presidencial, Miguel Núñez.

- Sincronicen los relojes. Se suele alabar la eficacia organizativa de los estadounidenses. A favor de esa máxima, en el detalle del protocolo se podía leer: -18.41: La Presidenta de la Nación sale de su lugar de alojamiento. –18.48: El Presidente de los Estados Unidos la recibe en las escalinatas de la Casa Blanca. Y todo se cumplió segundo a segundo.

- La contraparte. Pero como todo tiene su contraparte, la organización para los medios internacionales que cubrieron la cumbre del G-20 dejó mucho que desear. Empezando porque las credenciales para acceder a la cobertura nunca estaban. “Venga en una hora.” Después, “vuelva a las 16 que están con toda seguridad”. Más tarde, “mañana sin falta estará su credencial”. Llegó el momento de la cumbre y los que no tenían credencial –algo que no ocurriría ni en la Argentina– entraron igual. Algunos bromeaban que, como George Bush se va, su gente de prensa también debía estar más preocupada en conseguir un nuevo trabajo que en atender a los periodistas.

- ¿Y dónde está Cristina?
Ayer a la mañana, como el día anterior en la Casa Blanca, la Presidenta llegó puntualmente al edificio del Museo Nacional donde se iba a desarrollar la cumbre del G-20. Pero cuando llegó el momento de la foto de todos los presidentes juntos, ella no estaba y cuando se sumó al grupo tuvieron que formarse e nuevo y repetir la toma. Algunos creen que cuando el fotógrafo les dijo a los presidentes “digan cheese” ella estaba en el toilette. Resultó que estaba en una reunión, esperando un aviso que le llegó tarde.