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La maldición de Moyano: La lluvia marplatense hizo que el asado que todos los años Luis Barrionuevo organiza en su quinta de Punta Mogotes se trasladara al hotel cuatro estrellas Sasso, del gremio de los gastronómicos. Tuvieron que pedir prestados la parrilla y el quincho de un vecino del hotel, quien también accedió a que montaran una enorme parrilla para 200 kilos de carne bajo una improvisada carpa. Era una enorme lona de camión de color verde. “Parece una maldición de Moyano”, dijeron los parrilleros mirando el toldo del color insignia del gremio de los camioneros.

Menú: El menú para los 250 comensales fue generoso. Incluyó de entrada bocaditos de fiambres varios y empanadas de carne salteñas. Después llegaron el lechón, el asado de tira y el vacío, con morcilla y chorizos. Ensaladas mixta, de rúcula, radicheta y de ajo. Todo regado de vinos de importantes marcas en los sabores cabernet, malbec y chardonnay, además de gaseosas, agua mineral y limonada. De postre hubo masas finas, mousse de chocolate y tortas selva negra y frutales de diferentes gustos. A la hora del brindis tampoco escasearon las botellas de champagne de “buen gusto” y buen bolsillo: Chandon, Baron B y Rutini. “A Luisito no le gusta ahorrar en estas cosas”, afirmaron los encargados de servir las mesas.

Varado: Según los hombres de Barrionuevo, el empresario multimedia Francisco de Narváez se disculpó de no poder asistir porque “su jet particular” no pudo despegar de Olavarría por el mal tiempo. Otros afirmaron que el propio Eduardo Duhalde –con quien milita en el Movimiento Productivo Argentino– lo habría excusado de asistir para evitar una foto que puede restar en la campaña.

Camperos: El dirigente ruralista Alfredo De Angeli tampoco pudo asistir al cónclave marplatense de Barrionuevo. Pero los dirigentes agropecuarios igual se hicieron presentes. El vicepresidente de Carbap, Jorge Schroder, tuvo su silla en la larga cabecera de la mesa que presidía el acto. Mientras que Mario Llambías de CRA envió su adhesión.