EL PAíS › QUE PIENSA SOBRE LULA LA DERECHA NORTEAMERICANA
“Corazón rojo y marxista”
Por Craig Fagan
La posición oficial fue consistente: nadie dijo nada relevante. Ni siquiera Otto Reich, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, pasó de “el gobierno de los Estados Unidos trabajará con la persona que los brasileños escojan libre y democráticamente como su líder”. El gobierno de George W. Bush, concentrado en Medio Oriente, no tuvo casi discurso sobre el ascenso de Luiz Inázio Lula da Silva hacia la presidencia de Brasil. Pero el pensamiento de la derecha norteamericana en el poder aparece con claridad revisando los documentos emitidos por instituciones cercanas a los republicanos, los think tanks que proveen ideología para el gobierno. El resultado es claro: para estos grupos influyentes, Lula es “un rojo” y un enemigo.
Los que conocen el proceso de elaboración de políticas en Washington saben que las palabras oficiales no siempre muestran el verdadero pensamiento de una administración. Muchas veces, los actos de gobierno siguen el consenso entre pensadores y lobbystas. Página/12 recorrió los think tanks más conocidos y ligados al establishment y descubrió qué piensan de Brasil. Entre lo poco que publicaron las instituciones ligadas al centro, como The Council on Foreign Relations, The Center for Strategic and International Studies y The Americas Society, se percibe que Lula es visto más como un aliado que una amenaza. “Mr. Da Silva aprendió mucho de sus fracasos anteriores,” escribió, tranquilizador, Kenneth Maxwell, director del programa latinoamericano del Council. “Su partido aprovechó la última década para modernizar su ideología y acercarse al centro. Sabe que una administración eficaz y recta es lo más importante”.
Entre los republicanos la visión no es la misma. No es que haya muchos textos: la poderosa y muy conservadora Heritage Foundation no toma posición sobre Brasil, demasiado ocupada por Cuba, el ALCA, Colombia y Argentina. El único comentario es de su experto Stephen Johnson, que dice que el gobierno de Bush “espera que las palabras incendiarias de Lula sean sólo de campaña, para buscar apoyo en la izquierda, y no sean verdaderas.”
El American Enterprise Institute, activo generador de políticas para la derecha republicana, no comparte esas ilusiones. Entre sus documentos se destaca el análisis de Paul M. Weyrich que dice que “no importa cuánto trate Lula de modificar su agenda política para que tenga un tinte más rosado: su corazón es rojo y marxista.” Weyrich afirma que su punto de vista es el de trece congresistas que le pidieron al Departamento de Estado que realice un estudio sobre “la amenaza” de la presidencia Lula para el hemisferio. “Lula está a la vanguardia de la izquierda latinoamericana,” advierte el alarmado Weyrich, “y debe ser juzgado por sus amigos. Es un aliado del dictador cubano Fidel Castro, se opone al embargo y es también amigo del venezolano Hugo Chávez, cuyas políticas sembraron el caos en su país. Aún si la agenda roja de Lula fue momentáneamente disimulada para la campaña, no hay ninguna duda de que su plataforma será definitivamente mala para aquellos en Brasil que creen en los valores tradicionales. Lula defiende políticas que promuevan el aborto, la homosexualidad y la prostitución legal en un país que tradicionalmente buscó en el cristianismo su guía moral.”
Un colega de Weyrich en el AEI, Mark Falcoff, refleja la preocupación conservadora al escribir que “la elección de Lula será un retroceso para la política norteamericana hacia la región. No habrá ningún apoyo brasileño a la guerra contra el terrorismo ni la campaña contra el narcotráfico. Con Lula podemos esperar enfrentamiento dramáticos y presuntamente Fidel Castro será beneficiario de los recursos brasileños. Hasta podría crearse un nuevo eje de propaganda y mediocridad BrasiliaCaracas-Habana.” Como se ve, si bien todavía no hay una línea oficial que se oponga a la elección de Lula, hay fuertes elementos dentro de la guardia republicana que ya decidieron.