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Desde Puerto España

La participación de Cristina Kirchner en la Cumbre de las Américas tuvo también su costado económico ayer con las reuniones que mantuvo con el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, y con la vicepresidenta para América latina del Banco Mundial, Pamela Cox. El propio Moreno se encargó luego de anunciar que está en discusión la aprobación de un préstamo para el país de una suma que rondaría entre los 1500 y los 1860 millones de dólares. “Estamos en eso. Vamos a hacer algo muy grande en materia social”, reconoció el presidente del BID.

Según contaron, el encuentro con Moreno –unos quince minutos– fue breve porque se dio en medio de las sesiones plenarias de la cumbre, cuando la Presidenta salía de un encuentro y se metía en otro. La cuestión con el BID es que necesita que le den recursos, algo con lo que vienen machacando los presidentes sudamericanos en las últimas reuniones. “Me tengo que sentar a ver los términos y los proyectos con que estaría amarrados”, respondió Moreno con referencia a los préstamos. Si la esperanza de la comitiva argentina era anunciar la llegada de esos fondos ayer mismo, todavía deberán esperar un poco.

Incluso, Cristina Kirchner reveló que fue tema en la conversación que los mandatarios de la Unasur mantuvieron ayer con Barack Obama. “Obama contó que va a estudiar la recapitalización del BID. Yo creo que el estudio debe ser muy breve”, sostuvo la Presidenta.

Cristina Kirchner contó que “necesitamos planes en materia de infraestructura, salud, educación y capacitación laboral”, que esa es la forma en que los países emergentes de la región pueden hacer frente “a una emergencia que no provocaron”. En su discurso del viernes, la Presidenta habló de la necesidad de dotar de recursos al BID para evitar que los índices de crecimiento experimentados por el continente en los últimos años no se detengan.

El problema es que Estados Unidos no quiere repartir fondos así nomás. “Obama no es Papá Noel”, había advertido uno de sus principales asesores para la región, advirtiéndoles a los presidentes sobre sus limitaciones para actuar en estas circunstancias cuando las principales necesidades las tiene dentro de Estados Unidos. “Los fondos tienen que venir de Estados Unidos, sin dudas”, explicó la Presidenta sobre las necesidades de financiación del BID.