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Como si el cierre de listas no hubiera ocurrido, siguen las negociaciones y las broncas en Unión-PRO. En las oficinas de Francisco de Narváez continuaba ayer el tira y afloje entre las tres partes para ver cuáles de las colectoras que se presentaron serán rechazadas por la tríada. Los líderes del espacio de centroderecha no consiguieron tampoco ponerse de acuerdo sobre la reemplazante de la mujer de Felipe Solá, María Helena Chaves, a la que el ex gobernador bajó de una lista provincial.

Quedaron muchos heridos y se vienen aún más. Ese es el balance del cierre de la alianza Unión-PRO que hacen varios dirigentes por estas horas. En el trajín del cierre se presentaron gran cantidad de colectoras –en algunos distritos, como La Matanza o Morón, llegan a ser cinco listas–, lo que reduce las posibilidades de que entren candidatos. Las negociaciones en las oficinas de De Narváez en Las Cañitas continúan para tratar de eliminar la mayor cantidad de colectoras posible.

Ayer afluyeron hacia el Congreso diversos referentes bonaerenses de PRO furibundos por ver amenazados sus lugares. “Nos están bajando todas las colectoras nuestras. ¡José Torello nos entregó al Colorado!”, gritaba uno de ellos, que también cuestionaba la negociación que lleva al frente Jorge Macri. Dentro de PRO, muchos lo acusan de haber privilegiado a su gente en las listas. El primo del líder de PRO recuperó su lugar en el espacio bonaerense luego de que se viera abruptamente desplazado de la conducción por motivos aún no aclarados. Ahora está al frente de la negociación.

Con la decisión de Solá de retirar de la lista de diputados provinciales a su mujer –que ninguno de sus aliados alcanzó a comprender– se abrió un nuevo frente de conflicto. El ex gobernador reclama ese lugar, pero las otras dos partes no parecen hacerle demasiado caso: De Narváez propone que la reemplace la siguiente mujer en la lista, que le responde a él, mientras que el PRO insiste en que ese lugar debe ser para su candidata Constanza Rivas Godio, de Bahía Blanca.

En una recorrida por La Plata, De Narváez admitió que el cierre de listas le dejó “un sabor amargo”. Incluso, dijo que le resulta injusto que pocas personas decidan quién entra y quién no. Concluyó en que esto se solucionará cuando haya elecciones internas para definir a los candidatos.